Con el acuerdo cerrado para que Diego Ifrán Sala se una en estos días a su plantilla cedido por la Real Sociedad, el CD Tenerife espera el momento de recibir al que será uno de los alicientes de la nueva temporada para sus aficionados, quienes, con el paso de los días, han ido conociendo un poco más a este futbolista uruguayo especialista en marcar gol; es decir, al "Bombardero de Cerro Chato".

Diego nació en la capital, Montevideo, el 8 de junio de 1987, pero creció en un pueblo del interior del país, Cerro Chato. A los cuatro años empezó a jugar en La Cuchilla, uno de los equipos de esa localidad. Con 16 años, y tras haberse acostumbrado a moverse en el centro del campo, se incorporó al filial de un club de Montevideo, el Centro Atlético Fénix.

Su salto a la plantilla profesional se produjo dos temporadas más tarde, a raíz del descenso del primer equipo a la Segunda División. Diego ascendió a la máxima categoría, aportando siete tantos en su debut, y siguió un curso más, esta vez en la élite (30 partidos y 12 goles). Su progresión no pasó por alto a los clubes más potentes y fue el Danubio el que apostó por él en 2008. A las órdenes de Martín Lasarte, Ifrán se consolidó como uno de los jóvenes valores del fútbol uruguayo. En su primer curso en la escuadra blanquinegra sumó once dianas en la Liga y en la siguiente, dieciséis. Su nombre empezaba a sonar.

En Italia ya contaban con la llegada del delantero al Calcio, concretamente al Lazio, pero un entrenamiento cambió el destino del jugador. Un mal gesto en un rondo le provocó la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda y se pasó cerca de ochos meses sin jugar. De paso, se le esfumó la opción de fichar por el club romano y también la posibilidad de formar parte de la convocatoria uruguaya para el Mundial de Sudáfrica, en el que el combinado de Óscar Tabárez fue cuarto.

Entretanto, la Real Sociedad aprovechó el descenso de la cotización de Ifrán para hacerse con sus servicios. A pesar de la grave lesión, la entidad guipuzcoana le ofreció un contrato de cinco años de duración. Y Diego aceptó. La presencia de Lasarte en el banquillo de Anoeta fue toda una garantía para él. A cambio, la Real desembolsó 1,5 millones por el pase del futbolista. Su director deportivo, Loren Juarros destacó en esas fechas: "Diego tiene el gol metido en la cabeza". Estaban dispuestos a esperar por él, aunque no contaron con que la recuperación iba a tardar un poco más de lo previsto.

En noviembre de 2010, Ifrán entró por primera vez en una citación de Lasarte. Un amistoso en el estadio de Anduva, con el Mirandés, supuso su estreno. Y el atacante demostró que no había perdido su olfato goleador, pues marcó un tanto.

Pero para poder debutar en la Liga tuvo que esperar al 7 de marzo de 2011. Ese día, el uruguayo jugó diez minutos en Riazor. A partir de ahí añadió nueve intervenciones más y sus dos primeros goles en España, al Hércules y al Barcelona, en el último caso para firmar el triunfo de los vascos por 2-1.

En el curso 11/12 no logró tener el protagonismo que deseaba. El cambio de "míster" -se marchó Lasarte y llegó Montanier- no le favoreció. Su cuota de participación se redujo a 19 encuentros y tres goles (uno en Liga y dos en la Copa del Rey).

La situación mejoró para Diego en el ejercicio siguiente. Aunque no fue una de las preferencias del técnico francés, al menos aumentó su número de partidos disputados (28) y también sus tantos (uno al Valencia y otro al Mallorca, ambos en Liga).

Y cuando parecía que le empezaba a coger el pulso a la competición, en julio de 2013 sufrió otra lesión. En realidad, el percance fue originado por una complicación de su anterior dolencia. El día 16 del citado mes fue operado para retirarle la plastia que le habían colocado en la rodilla y que se le había roto durante un entrenamiento. En su lugar le fijaron la articulación con tendones propios del futbolista. Finalmente, el 18 de enero de 2014 pudo anunciar en su cuenta personal de Twitter que le habían dado el alta médica.

En esos días, con el mercado de enero abierto y el futbolista aún sin competir en esa temporada, la Real encontró en una cesión la mejor solución. Fue relacionado con varios clubes de Segunda (Las Palmas, por ejemplo) y también con alguno de su país natal, y acabó reforzando al Deportivo, con el que jugó once partidos (fue suplente en la visita del Tenerife) y marcó cuatro goles.

Ahora solo le queda una campaña de contrato con la Real, pero Ifrán no podrá triunfar siendo local en Anoeta. Jagoba Arrasate, técnico de la Real Sociedad, comenzó la pretemporada sin contar con el delantero, que volvió a aparecer en el escaparate de los fichajes y a despertar el interés de unos cuantos equipos de Segunda División. Entre ellos, el Tenerife, que tiene el compromiso del presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, de que Ifrán será blanquiazul. En la Isla se le espera.