La "Milla del Aficionado" de Berlín, con 1,2 kilómetros de largo y diez pantallas gigantes repartidas en su recorrido, empezó a hervir de actividad a horas de la final de Mundial de Brasil, convertida en un pequeño Maracaná aunque de dominio alemán.

El mayor espacio público en Alemania para la transmisión del partido, con una capacidad de 200.000 personas, recibió a los primeros miles de aficionados desde media mañana de este domingo, a horas de la final que enfrentará la selección de Joachim Löw y la argentina de Alejandro Sabella.

Se trata del mismo recinto utilizado para este fin en el Mundial 2006, entonces con Alemania de anfitrión, en el tramo de la Avenida 17 de Junio de la capital alemana que va de la emblemática Puerta de Brandeburgo y la Columna de la Victoria.

La mayor de las pantallas quedó ubicada de espaldas a la cuadriga que preside el monumento y a lo largo de su recorrido hay todo tipo de tenderetes de camisetas, banderas, gorros, corbatas y demás amuletos con los colores alemanes para la hinchada de la selección de Löw.

También están presentes sus equivalentes para la albiceleste, aunque por supuesto los tonos omnipresentes entre la multitud son los alemanes.

Los precios de este tipo de artículos se redujeron considerablemente -una camiseta, no original, de la selección alemana cuesta ahora 15 euros, frente a los 30 de semifinales, y los collares o gorros bajaron a 5 euros-, a modo de oferta "last minute".

El recorrido quedó vallado y controlado por personal de seguridad, que registra bolsos grandes o pequeños de cualquiera que quiera acceder a su interior, puesto que no puede entrarse ni botellas de vidrio ni objetos peligrosos.

Está prohibido el ingreso con bebidas alcohólicas o comida envasada, aunque en el interior se puede comprar y tomar toda la cerveza que admita el cuerpo.

En caso de que se llene -como ya ocurrió en los precedentes partidos de cuartos, octavos de final y semifinales con participación alemana- se cerrarán esos accesos, para lo que la alternativa más cercana es la pantalla gigante junto a la estación central, la vecina Hauptbahnhof.

La Milla del Aficionado es una entre las miles de posibilidades de seguir la final repartidos por Berlín, en todos los formatos y dimensiones, desde terrazas cerveceras, restaurantes, bares y otros locales con su pantalla a los televisores domésticos que simples ciudadanos que sacan a la calle para ver el partido con sus vecinos.