Capaz de lo mejor pero también de lo peor esta temporada, una mala racha de ocho encuentros sin conocer la victoria ha vuelto a meter en problemas al Real Madrid Castilla cuando parecía en disposición de sortearlos.

Los blancos no sumaron ningún punto en las siete primeras fechas del campeonato y parecen haberse desgastado después de conseguir escapar de los puestos de descenso meses después, una meta que sonaba a inalcanzable por momentos.

Espoleados con la llegada al banquillo en noviembre de José Manuel Díaz y repletos de confianza debido a los buenos resultados, la reacción permitió que los jugadores remontaran la desventaja que tenían con respecto sus rivales y ganaran enteros en su batalla por la salvación.

Sin embargo en las últimas jornadas los gestos de preocupación han vuelto a Valdebebas mientras se implora a gritos una victoria que acabe con el bucle negativo que arrancó en el duelo ante el Mallorca.

Ese día el Castilla, que jugó con diez casi todo el partido y pese a ello consiguió ponerse por delante, acabó cayendo en los últimos minutos e incluso desperdició un penalti en el ocaso del duelo que pudo darle el empate.

Un golpe anímico que encontró continuidad en los dos siguientes partidos como local. Ambos se saldaron con derrotas frente al Deportivo (0-2) y el Eibar (0-1), conjuntos de la zona alta ante los que se puedo obtener mayor premio. A ellos se unen unas tablas que supieron a poco contra el Jaén (1-1).

Fuera de casa el bagaje ha sido más positivo si bien queda cierta sensación de oportunidad perdida. Cuatro empates seguidos frente a rivales directos han permitido sumar puntos en la lucha por evitar el descenso pero resultan insatisfactorios en el cómputo global al decidirse en ocasiones por pequeños detalles como las dificultades para defender el balón parado.

Un lastre común con el que ya se convivía y al que se ha unido en las últimas jornadas la falta de acierto de cara a puerta. Esa carencia, que parecía superada con la irrupción del nuevo entrenador, ha vuelto a materializarse. Autores de al menos un gol durante todos los encuentros desde el mes de diciembre, cuatro de los últimos siete han acabado con el casillero anotador a cero.

Una lesión en el hombro de Raúl De Tomás y los viajes de ida y vuelta con el primer equipo que ha vivido el brasileño Willian José han secado la producción de los delanteros centros, un aspecto que hace resentirse al colectivo.

El objetivo pasa ahora por recuperar las buenas sensaciones en las cuatro finales que quedan y concluir de forma satisfactoria un año complicado. Algo de lo que son conscientes los futbolistas, que han expresado su sentir a través de sus cuentas en la red social Twitter.

"En este equipo nos han enseñado a luchar con mucho coraje hasta el último segundo. En Murcia en el minuto noventa acaba todo, ni un segundo antes", publicó el extremo izquierdo Lucas Vázquez.

En la misma línea se pronunciaron otros hombres como Burgui, que ha hecho un llamamiento a la afición para que les apoye el próximo fin de semana contra Las Palmas; o Jorge Casado, que apuntó: "Este equipo no se va a rendir hasta el último partido. Sé que es difícil, pero seguid confiando en nosotros. Daremos todo por esa camiseta".