No hay tregua. El Iberostar Tenerife afronta este viernes ante el Cajasol otro desafío al abrigo de su afición. Precisamente eso, el aliento del Santiago Martín (21:15 horas), volverá a ser clave para superar el muro físico y mental de un auténtico maratón navideño (tres partidos en diez días) y el compendio de virtudes de un rival, el sevillano, especialmente atrevido que además ya ha sido capaz de ganar en plazas tan complicadas como Gran Canaria (58-68) o Zaragoza (66-74).

Con la media de edad más joven de la categoría y la sabia batuta de Aíto García Reneses en el banquillo, el Cajasol, duodécimo con un balance de 6/7, visita la Isla con el talento por bandera. El equipo local aguarda ya con el alta médica de Juanpi Gutiérrez (el argentino se vestirá de corto y hará el calentamiento, pero su reaparición probablemente no se producirá hasta la salida a Valencia) y con la intención de sumar otra alegría, que le acerque aún más a la permanencia, lo que conllevaría además acariciar de camino la clasificación para la Copa del Rey.

El conjunto aurinegro se topará con un grupo moldeado bajo el prestigioso cincel de su entrenador, especialista como pocos en marcar las pautas más correctas para hacer realidad lo mucho y bueno que apunta cuanto jugador joven pasa por sus manos. Ni un mal inicio de temporada el curso pasado (0-7) menguó su paciencia y capacidad para terminar haciendo competitivo un proyecto que este año apunta todavía más alto, ya con varios de esos canteranos asumiendo galones y haciendo realidad lo que barruntaban en categorías menores.

Así al talento inmenso del checo Tomas Satoransky, carne de NBA a medio plazo, se han ido sumando argumentos de peso como las muestras de madurez de su paisano Ondrej Balvin, la enorme versatilidad y envergadura del letón Porzingis o lo bien que ha encajado en la rotación el ímpetu del internacional sub 20 español, Guillermo Hernangomez, cedido por el Real Madrid.

El acierto en el fichaje de Scott Bamforth, un rookie con muy buena mano; la calidad en el perímetro de Marcos Mata, uno de los abanderados de la nueva hornada de internacionales argentinos, capaz de jugar también al cuatro, igual que el recién llegado Marcus Landry; o las señales de arraigo ya en la liga de dos jóvenes del 91, como Sastre o Franch, ya con cierto rodaje en ACB y ambos alumnos en su día del propio Martínez en selecciones inferiores de España, serán algunas de las armas a contrarrestar por el Iberostar Tenerife.