"No fue un partido bonito para el espectador". Las palabras de Álvaro Cervera en la rueda de prensa definen perfectamente uno de esos encuentros desagradables por la falta de oportunidades, de claridad en el juego y de brillantez. Pero el Tenerife sumó un punto que le saca de los puestos de descenso, acumula cinco jornadas sin perder y volvió a dejar su portería a cero por cuarta vez en esta racha tan positiva. Puede que fuera un empate más propia de la dinámica favorable en la que se encuentra que por los méritos demostrados sobre el terreno de juego, pero suma. Sobre todo ante un Numancia invicto en casa y que apretó mucho en la recta final.

A estas alturas no le sorprende a nadie que el preparador ecuatoguineano retoque cada semana su once inicial para adaptarse a las características del partido, esto es, usar las mejores armas de las que dispone para contrarrestar el juego del adversario, sobreponerse a las condiciones del campo y llevar, en definitiva, la contienda al terreno que le interesa. Ayer varió hasta su dibujo habitual hasta un 4-1-3-2 de salida.

Quique Rivero empezó como pivote por delante de la defensa y por detrás de Íñigo Ros. A la izquierda del navarro se situó Aitor Sanz y a la derecha Luismi Loro, quedando la delantera para la pareja Borja-Ayoze. Pero durante los primeros 45 minutos ya hubo cambios de consideración, pasando el tinerfeño a la banda izquierda o Rivero a la media punta. Todo en función de cada necesidad observada por el técnico tinerfeñista.

La primera fue centrarse. Porque los diez minutos iniciales fueron del cuadro soriano. Natalio Lorenzo (1''), Del Pino (3'') y Julio Álvarez (8'') ensayaron sin éxito el disparo.

Poco a poco se fue asentando la escuadra blanquiazul que, desde que logró manejar la medular, casi no sufrió. Sus robos de balón venían seguidos de buenas opciones para romper la resistencia numantina al contragolpe. Pero entonces faltaba velocidad, una cualidad que solo Ayoze podía aportar de entre los titulares. A balón parado, Luismi Loro dio el primer aviso con una falta lateral que superó la barrera, pero no encontró portería (24'').

Moyano tenía casi una autopista porque a Bonilla no le ayudaba nadie en el flanco izquierdo de la zaga local. Pero no terminó de aprovecharlo. Ni un centro verdaderamente bueno en toda la primera parte. Por eso, los ataques del Tenerife morían sobre el área o en Borja Pérez, al que le cuesta interpretar el fútbol de sus compañeros como hace Aridane.

Así, la mejor acción de ataque la protagonizó Luismi en la única ocasión en la que pudo asociarse con otro jugador de sus características: Quique Rivero. Su centro-chut acabó estrellándose en el larguero ante la extraña reacción de Raúl que bien pudo darle un susto a su equipo (35''). El fuenlabreño lo había intentado de falta minutos antes.

El panorama cambió en la segunda parte a medida que Anquela se fue atreviendo a introducir cambios ofensivos. Cuando dio entrada a Palanca por uno de sus mediocentros ya dio un paso adelante. El recién incorporado ya dio un aviso a los pocos minutos de acceder al terreno de juego con un disparo desde la frontal del área que repelió Roberto en dos tiempos (60''). En cambio, Cervera quería más de lo mismo y buscó aire con Ricardo por Quique Rivero en la parcela ancha.

No fue hasta el segundo movimiento local hasta que no quedaron completamente boca arriba las cartas de uno y otro. Entró Sergi Enrich por los locales y Suso por los visitantes. Unos buscaban acentuar su dominio con un punta de referencia. Los otros, consagrarse a la contra. A una pérdida de un adversario volcado. Realmente solo estuvo a punto de conseguirlo en un contragolpe bien llevado por el tinerfeño que, a la hora de definir, se encontró con Regalón (72'') para desviar su tiro a saque de esquina. Hubo otras salidas, ya con Aday Benítez sobre el campo, pero con demasiado terreno por recorrer y pocas esperanzas para los insulares.

Porque el partido ya se jugaba en una única dirección. Por eso, se arriesgó el técnico local a quitar a su sostén en el centro del campo para abrir el campo con Vicente por la izquierda. Fue el peor tramo del Tenerife, que se defendió demasiado cerca de su portería y pudo pagarlo caro. No por las ocasiones que generó su rival (ninguna clara), sino por la proximidad. El empuje soriano llevó el uy a las gradas en dos remates de Enrich (86'' y 91'').

Es verdad que esos minutos finales sirvieron para que los seguidores sorianos se marcharan a casa con un sabor menos agridulce pero, al fin y al cabo, fue el contrario el que se salió con la suya. A falta de ese toque de brillantez de otras tardes, los de Cervera conservaron un punto.

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CD Numancia: Raúl (1); Isidoro (1), Gaffoor (1), Regalón (1), Bonilla (1); Antonio Tomás (1), Julio Álvarez (1); Bedoya (1), Natalio (0), Marc Pedraza (0) y Del Pino (0). En el minuto 55, Palanca (1) sustituyó a Pedraza; en el 63, Sergi Enrich (1) por Natalio y en el 74, Vicente (1) por Antonio Tomás.

Tenerife: Roberto, Moyano, Carlos Ruiz, Rigo, Raúl Cámara, Aitor Sanz, Ros, Rivero; Luismi Loro, Borja Pérez y Ayoze Pérez. En la segunda parte, Ricardo entró por Quique Rivero (63''); Suso por Luismi Loro (69'') y Aday Benítez por Borja Pérez (77'').

Árbitro: Sánchez Martínez (2), del Comité Murciano, asistido por Martínez Nicolás y López Mir. Amonestó a Natalio, Sergi Enrich y Julio Álvarez por los locales y Quique Rivero, Raúl Cámara y Roberto en el bando visitante. Expulsó en la segunda parte al preparador físico del Numancia Sergi Pérez.

Goles: No hubo.

Incidencias: Partido de la décimo cuarta jornada de Segunda División, Liga Adelante, disputado en el estadio Los Pajaritos ante 2.910 espectadores. El Tenerife, que vistió completamente de blanco, lució crespones negros en memoria de Alfonso Díaz "Potoco", que fue jugador blanquiazul en la década de los 40 y falleció el pasado sábado. El encuentro fue ofrecido por Televisión Canaria.