El gol-partita forma parte de la esencia del fútbol italiano. Una definición académica sería la de "único gol que se registra en un encuentro de fútbol y que, por tanto, le otorga la victoria por la mínima al equipo que lo marca". Se trata del monogol que tanto gusta a los resultadistas. En su momento, durante el mandato de Jorge Solari, también fue seña de identidad del Tenerife: en esos quince meses, los blanquiazules lograrían 17 victorias ligueras... y ocho de ellas llegaron gracias a un gol-partita. Y en muchos casos, de Juan Antonio Pizzi.