Chris Froome se mostró "satisfecho" con el recorrido del Tour de Francia de 2014 presentado hoy en París, consideró que le viene bien y apuntó a la etapa quinta, con tramos adoquinados, como el principal riesgo, aunque señaló que será "para todos".

"No estamos acostumbrados en el Tour a tener adoquines, vamos a tener que prepararnos para ello de forma específica. No he rodado mucho sobre ''pavés'', corrí una vez la París-Roubaix y me retiré, era al inicio de mi carrera. Pero puedo decir que no es mi terreno predilecto", dijo el ciclista del Sky.

Froome señaló que los adoquines son "algo más que un riego", porque "puede suceder cualquier cosa, pinchazos, caídas problemas mecánicos,..."

"Va a ser un desafío. El equipo va a estudiar como podemos minimizar los riesgos. A lo mejor ponen un mecánico cada cien metros con una rueda de repuesto", bromeó.

El británico señaló que el recorrido es "equilibrado", porque aunque tiene mucha montaña para los escaladores hay otros terrenos en los que los demás pueden recuperar tiempo.

"Las etapas de montaña van a ser decisivas, pero los escaladores van a tener que pasar por los adoquines y, además, está la última contrarreloj", dijo.

Esa etapa, en vísperas de la llegada a París, 54 kilómetros contra el crono, "marcará diferencias", indicó el británico, que recordó que, más corta, con 34 kilómetros, la crono de la pasada edición ya tuvo importantes tiempos.

"La carrera va a estar ajustada hasta el último día y la contrarreloj será una buena forma de acabar. Yo estoy muy contento de que hayan puesto esa contrarreloj tan larga", afirmó.