El gol cuesta dinero y el Tenerife no lo tiene. La evidencia, a riesgo de convertirse en algo definitivo, empieza a calar después de tres jornadas sin perforar la portería contraria. Ayer, el Mirandés castigó la falta de pegada visitante en su primer disparo a portería del partido después de 75 minutos de impotencia. Fue así de cruel con un equipo académicamente correcto sobre el césped, pero carente de lo más importante: acierto en el remate. Hasta ese momento, la posesión fue insular. También las ocasiones. Y hasta las sensaciones. Pero el que perdona, paga. El precio, después de tres jornadas, está resultando excesivo para un recién ascendido que lo último que necesita es ver mermada su confianza.

Empieza a ser costumbre que Cervera se guarde un as en la manga, una sorpresa en el once inicial para medios de comunicación y aficionados. A veces hasta dos. Unas molestias de Borja Pérez le obligaron a apostar por Guillem Martí en el once inicial. Pero como si fuera poco, situó a Raúl Cámara en el lateral izquierdo. Sin embargo, Luismi Loro y Cristo Martín jugaron juntos y Quique Rivero se mantuvo en el doble pivote. La idea, en ese giro ofensivo que ha tenido en verano el técnico, era reforzar los conceptos de la semana anterior: balón, mucho balón. La puesta en escena no fue mala, pero le faltó algo.

Fue un fútbol sin áreas el de la primera parte, en la que mandaron los visitantes. Tuvieron más el balón, tocaron con criterio, obligaron al rival a realizar un notable esfuerzo defensivo y llegaron con solvencia a las inmediaciones del área. Ahí se acabó todo. Porque nunca encontraron el camino para inquietar a Prieto, que solo intervino para detener un disparo desde la frontal de Cristo Martín (7''). La vía de agua más notable del cuadro burgalés estuvo en su banda izquierda. Desde allí centró dos veces Javi Moyano, pero ni Guillem Martí (1'') ni Suso (22'') lograron su objetivo.

Arconada ya exageró en la Isla retrasando mucho a sus centrales, abiertos en los laterales del área, para sacar la pelota jugada. Con esta "fórmula Barça", facilitó la presión adversaria, siempre hacia adelante, y ahogó a los suyos. Por momentos, Mújika y Docal se desesperaron. Díaz de Cerio, mientras, fue un mero espectador de la contienda. El notable despliegue de Aitor Sanz y Quique Rivero hizo el resto para dejar en nada al Mirandés. En 45 minutos, un disparo y sin peligro alguno.

Pero faltaba algo para que las buenas sensaciones tinerfeñas no quedaran solo en eso. Movió ficha el expreparador blanquiazul dando entrada a Galarreta. Acertó de pleno. Sumó con el mediocentro cedido por el Athlétic de Bilbao un hombre a la medular y ya no estuvo tan cómodo el doble pivote del Tenerife. La prueba, en los primeros minutos tras el receso. Iriome (48'') disparó desde la frontal sin éxito, Díaz de Cerio cabeceó blando a centro de Mújika (49'') y, de nuevo el tinerfeño, lanzó un córner al larguero (50'').

Se desperezó el equipo de Cervera cuando consiguieron conectar Luismi Loro y Suso. El tinerfeño dejó sentado a Koikili y puso un balón de gol a su compañero, cuyo remate tapó Flaño en el último momento (53''). Los ocho minutos de locura en las áreas tuvieron su descanso a continuación. Se estabilizó el choque, ahora más cerrado, pero el control siguió siendo visitante.

Le tocaba al banquillo visitante buscar lo que le faltaba. Entró Aridane por Guillem Martí, buscando más un efecto anímico que futbolístico. Al grancanario, como es lógico, le falta bastante para estar a su nivel. Las fuerzas tinerfeñas se iban consumiendo y el Mirandés, agazapado y voluntarioso, confió en sus posibilidades. Sin dar un solo susto. Sin inquietar a Sergio Aragoneses. Nada. Hasta la jugada del 1-0.

La acción vino de dos rechaces que favorecieron a los rojinegros. Uno le cayó a Iriome en la banda izquierda. Su centro, malo, cayó en la frontal del área y lo pudo perder Iván Agustín. Pero el rebote volvió a sonreírle. La apertura a la derecha, casi sin querer, le cayó a Mújika dentro del área y su volea se fue al fondo de la portería visitante (73''). Ahí se acabó el partido. El Tenerife no tuvo capacidad de reacción. Aunque en una acción aislada, Suso dispuso de dos remates que repelió Prieto (77'').

Cervera, que ya tenía sobre el campo a Aday Benítez, agotó sus sustituciones con Chechu. Pero ya solo llegaron ocasiones locales: Galarreta (78''), Mújika (80''), Díaz de Cerio (83'') y Muñiz (89''). Rotos por el cansancio, el golpe anímico y los riesgos que necesitaban asumir, los insulares hincaron definitivamente la rodilla con el 2-0.

2-0

mirandés-tenerife

CD Mirandés: Prieto (1); Flaño (1), César Caneda (1), Corral (1), Koikili (1); Iván Agustín (1), Nagore (1); Iriome (1), Mújika (1), Docal (0) y Díaz de Cerio (0). Después del descanso, Galarreta (2) ocupó el lugar de Docal. En el minuto 60, Lucena (1) entró por Nagore y en el 80, Juan Muñiz (1) por Iriome.

CD Tenerife: Sergio Aragoneses, Javi Moyano, Bruno, Carlos Ruiz, Raúl Cámara, Aitor Sanz, Quique Rivero, Suso, Luismi Loro, Cristo Martín, y Guillem Martí. Además, Aridane entró por Guillem Martí (61''); Aday Benítez por Cristo Martín (67'') y Chechu Flores por Raúl Cámara (79'').

Árbitro: Fernando López Acera, del Comité Extremeño (2), asistido por Sanchéz Fernández y López Mir. No se complicó, concediendo bien la ley de la ventaja y permitiendo el contacto. Amonestó a Koikili, Flaño y Lucena por los locales; y Raúl Cámara por los visitantes.

Goles: 1-0, m. 73: Mújika, de volea, desde dentro del área. 2-0, m. 91: Muñiz, de disparo cruzado a pase de Galarreta.

Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Liga Adelante, Segunda División A, disputado en el estadio Municipal de Anduva ante más de 4.500 espectadores. El Tenerife vistió completamente de blanco. El encuentro fue ofrecido en directo por Televisión Canaria. El gerente, Juan Amador, representó al club insular en el palco. Presenció el choque desde la grada Yeray González, exjugador blanquiazul ahora en las filas del Real Unión.

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