Neymar, delantero de la selección brasileña, reveló hoy que es muy exigente consigo mismo y dijo que nunca se contenta con su rendimiento, por lo que se esfuerza al máximo y a veces pide ayuda divina.

"Me exijo mucho para entrenar cada vez mejor y jugar mejor. Para mí nunca está bien, siempre quiero más", dijo Neymar en una rueda de prensa en el hotel de concentración de la selección en Brasilia, ciudad donde jugará el próximo sábado el partido inaugural de la Copa Confederaciones.

"A veces me siento o me arrodillo y pido a Dios que me continúe bendiciendo (...) Dios me dio el don de jugar al fútbol y el don de tener mucha paciencia", dijo Neymar con un punto de ironía por las preguntas de los periodistas.

No obstante, el delantero de 21 años aseguró que no le da importancia ni a las críticas ni a los elogios y prefiere centrarse en jugar al fútbol.

Neymar restó importancia al hecho de que no ha marcado goles en los últimos nueve partidos y aseguró que ese período de sequía "no va a cambiar" su forma de jugar.

"La sequía no significa nada. No va a cambiar nada. Si no hago goles, estoy ayudando a la selección de otra manera. Si no viene (el gol), paciencia, trabajaré para que pueda salir", aseveró.

El delantero del Barcelona consideró que, gracias a su experiencia en la selección, ya se ha adaptado al modo de jugar de los equipos europeos, aunque consideró que a partir de la próxima temporada, va a "evolucionar más".

"Ya estoy adaptado. Contra selecciones hay que tocar más rápido, hacer movimientos sin balón para abrir espacios para los compañeros (...) ya lo noté hace tiempo", agregó.