Zamora: Sergio Sánchez, Dani Mateos, Ramiro, Dani Palacios (Jorge Hernández, 61?), Javi Ramos, Nacho Matador, Jacobo Trigo, Dani Hernández, Miguel Santos, Granada (Lusamba, 54?) y Sergio García.

Marino: Matías, Aarón, Rafa (Jaime, 68?), Dorta, Amado, Ayoze, Chema (John, 83?), Airam, Balduino (Noah, 61?), Iker y Sandro.

Árbitro: Contreras Villena, del colegio Castellano-manchego. Amonestó al local Dani Hernández y a los visitantes Amado, Dorta y Rafa.

Incidencias: Municipal Ruta de la Plata. Ante poco más de mil quinientos espectadores. Mañana fría. Terreno de juego en regulares condiciones.

Zamora y Marino se repartieron los puntos en un choque que no tuvo goles. Desde el inicio se vieron las intenciones de ambos equipos y sobre todo de un equipo canario que aparecía en el Ruta de la Plata con una cara alegre y vistosa, favorecido por el hecho de ya estar descendidos y actuar sin presión.

El desparpajo y la valentía la puso un Marino que no tenía nada que perder y lo demostró saliendo sin complejos. Buscaron los tinerfeños la rapidez en las bandas, el uno contra uno en los costados y la velocidad de una parcela ofensiva a la que solo le faltaba el gol.

Por el contrario, el Zamora no era capaz de trenzar jugadas. Los nervios atenazaban a un equipo que parecía completamente diferente al del Helmántico. La parcela de vanguardia era incapaz de asociarse, el centro del campo no pudo en ningún momento encontrar su sitio y la zaga se la veía y se las deseaba para parar el talento de un Marino que seguía siendo incisivo.

Durante la primera parte el Zamora sólo gozó de una ocasión de gol y fue en un disparo de Sergio García desde la frontal, que sacó el meta visitante de la escuadra. Su latigazo, que se colaba en la portería, se vio cercenado por un acto de reflejos brutal de Matías.

Mientras, el Marino tuvo hasta tres ocasiones de gol. En las tres se encontró con un Sergio Sánchez muy inspirado debajo de los palos. Rafa, Balduino y Sandro tuvieron esas tres oportunidades. Pero ninguno de sus disparos pudo desequilibrar el marcador.

El tiempo de descanso llegaba con empate a cero y con una afición zamorana que no estaba conforme con lo visto sobre el terreno de juego. Gran parte de la parroquia local abroncó a sus jugadores en la retirada al asueto. Mientras, los isleños se marchaban con la sensación de que por merecimientos, debían haberse ido a la caseta con algún gol de ventaja.

Tras el descanso, los aficionados esperaban un cambio en el equipo local que se jugaba la última opción de permanencia. Y existió ese cambio. Los zamoranos salieron enchufados, a por el partido y presionando al Marino, que ya no era el de la primera parte. Las ocasiones empezaron a caer del lado rojiblanco y Sergio García tuvo la más clara antes de llegar a la hora de encuentro. El ariete se plantó solo delante del portero y su mano a mano se estrelló en el arquero. El Zamora se crecía y se iba arriba. Pese a no tener mucho juego, al menos ponía ese empeño que se le pedía en el primer acto.

El Marino, por su parte, apenas apareció arriba en el segundo acto. La frescura ya no estaba en las piernas de los tinerfeños y se encontraban a merced del Zamora. Pese a todo, el meta Matías sólo tuvo que actuar en ese disparo de Sergio García y poco más, ya que el Zamora tenía la posesión pero no acababa de acertar con el último pase.

Roberto Aguirre, preparador local, decidió hacer cambios y mandar hasta cuatro delanteros a la zona ofensiva. El equipo se volcó al ataque, pero aún así fue incapaz de conseguir una diana. Ni Lusamba, ni Jorge, ni Sergio García, ni Dani Hernández estuvieron cómodos en la parcela ofensiva.

El partido languidecía y las opciones se escapaban para un Zamora que no encontraba apoyo en ninguna faceta del juego, ante un Marino muy serio y que durante los 90 minutos demostró que es un plantel que merecía haber luchado hasta el final por la permanencia.