DESPUÉS de 33 partidos de Liga y casi ocho meses de temporada, resulta casi imposible saber el once inicial que alineará Álvaro Cervera en la ida del "play-off" de ascenso a Segunda A el próximo 26 de mayo. Con una trayectoria espectacular, que le ha llevado a liderar con cierta holgura el Grupo I de la Segunda División B, las dudas aparecen justo ahora que llega el tramo decisivo. Puede que sea por ese miedo que surge cuando más cerca se ve la meta. O puede que, de verdad, el Tenerife haya empeorado lo suficiente como para preocuparse.

El caso es que el acompañante de Íñigo Ros en las eliminatorias de ascenso es una incógnita. El técnico ha ido alineando a David Medina, Yeray, Fran Ochoa y Alberto Jiménez sin que le haya convencido del todo cualquiera de estas opciones. Ayer, en un mismo partido, probó con Alberto-Ochoa, Alberto y la pareja Chechu-Cristo por delante y con Alberto-Yeray. Tampoco encontró la fórmula, como si de un calco de la temporada se tratara.

Ni siquiera parece a estas alturas definida la línea de tres que juega a la espalda de Aridane. Teóricamente, Luismi Loro debe ser fijo. Chechu, Cristo Martín, Suso y Ayoze Pérez han tenido protagonismo a lo largo del presente curso sin que uno solo de ellos haya adquirido el rango de indiscutible (hay quien lo verá como una ventaja). Mientras en el club se entretienen apoyando la idea de las críticas injustificadas al equipo, el entrenador tiene un rompecabezas por resolver a 42 días del "play-off". Ha llegado el momento de mirar menos al rival y su césped para centrarse en resolver el bajón físico, las molestias de algunos hombres clave, además de la falta de un organizador ideal, un patrón sólido a domicilio y un once que recordemos.