EL MARGEN DE LAS GESTIONES extradeportivas que debe cumplir la entidad, el Canarias selló, este fin de semana, su continuidad en la ACB. Las posibilidades de triples o cuádruples empates son tan remotas que casi es falsa modestia no reconocerlo. Y lo ha conseguido faltando cinco jornadas para el término de la competición. Un dato que confirma la dimensión de la trayectoria del grupo de Alejandro Martínez en su estreno en la máxima categoría.

De los últimos cinco partidos ha ganado cuatro. Y lo ha hecho ante rivales de la talla de Madrid, Joventut, Unicaja y Valladolid. Al margen de los números y de los equipos ante los que ha hecho esta última serie de victorias consecutivas, el aspecto a destacar es el nivel de baloncesto que están mostrando en cada uno de sus compromisos. No gana por deméritos del rival, gana por sus prestaciones individuales y colectivas. Todos suman.

Siguen siendo fieles a su filosofía de baloncesto ofensivo que llevan practicando desde temporadas pretéritas. Da igual el rival que esté enfrente, fallar es sinónimo de volver a intentarlo. Así han sobrepasado los noventa puntos en sus dos últimas puestas en escena. Han mejorado mucho de medio campo hacia detrás, sabedores de la exigencia física que tiene esta competición. No han fallado en ninguna de las presuntas finales que han tenido que ir jugando. Cuando era necesario ganar, lo han hecho.

El último ejemplo, en Valladolid el pasado sábado. Contundente victoria, con aportación individual de todos los jugadores. Dominó los principales aspectos del juego. Muy superior en los rebotes y con un nivel de acierto muy alto en lanzamientos exteriores. Lo de los tiros libres es un tangible al que no todos le dan la importancia que merece, el Canarias lo borda.

Quedan cinco jornadas en las que estamos seguros que el grupo va a seguir compitiendo como si se jugasen una final en cada encuentro. Restan partidos muy interesantes en el Santiago Martín y la ambición deportiva que vienen mostrando les va a impedir relajarse. Por si fuera poco, ya empiezan a estar en las cábalas de aquellos equipos que manejan posibilidades de estar en playoff. Estar en ese grupo es un premio a una excelente trayectoria. ¡Enhorabuena!