J. R., Santa Cruz de Tenerife

La primera semana de Abel Suárez y Germán Sáenz de Miera en Guijuelo da para un montón de anécdotas. La más reciente, la nevada que les sorprendió ayer cuando salieron del piso que comparten junto a otro futbolista del conjunto salmantino, el castellonense Arturo. O las diez horas en carretera que soportaron para cumplir con el compromiso liguero con el Orense, hace solo tres días. Para colmo, uno de los dos futbolistas cedidos por el Tenerife, el majorero Abel, ni siquiera pudo estrenarse con su nuevo equipo. Germán sí tuvo minutos.

Para el delantero no es nuevo mezclar nieve y trabajo. Y es que la campaña pasada, durante su cesión al Denia, pisó un campo helado en la visita al Teruel. Abel vivió también su experiencia deportiva en la Península cuando se formó en la cadena de filiales del Villarreal. "Tenía 15 años y no pasé tanto frío", rememora el de Fuerteventura.

"Ahora tenemos que entrenar abrigados y con gorros de lana", cuenta Abel mientras pasa la tarde viendo la tele, ya que "en la calle no se puede estar". Aún así, los dos canarios han desafiado al clima con tal de hacer un poco de deporte en los dos días libres con los que el conjunto que prepara Sito Cenzual inició la semana. El lunes tocó sesión de tenis de mesa y ayer fue el turno del pádel "para entrar un poco en calor".

De esta manera también se han recuperado del agotador viaje a Orense, consistente en "cuatro horas y media de ida en guagua, un poco de siesta en un hotel y cinco horas para volver después del partido". Por lo que le han avisado a Abel sus compañeros, fue uno de los traslados "más pesados" que le ha tocado al Guijuelo esta temporada.

En lo referente a la adaptación todo marcha sobre ruedas, desde que el presidente del club, Jorge Hernández, fue a buscarlos en su coche a Salamanca el día que llegaron de Tenerife, al recibimiento dispensado por la plantilla. "Son muy amables. Nos han acogido bastante bien y se puede decir que estamos integrados", dice el mediocentro.