El Tenerife es el Castilla de la temporada pasada: si desarrolla su fútbol, está un escalón por encima del resto de los equipos de Segunda División B. Todo ello, con menos nombres y presupuesto que el curso anterior. Pero con mejor plantilla y funcionamiento colectivo. Los éxitos, ya se sabe, tienen muchos padres, pero el Tenerife 12/13 es hijo, mayormente, de Quique Medina y Álvaro Cervera.

Quique Medina. No todos sus fichajes han sido buenos. s más, algunos de sus empeños personales, como Víctor Bravo, han estado lejos de ofrecer un rendimiento satisfactorio. Pero sin invertir mucho dinero ha logrado reunir una plantilla muy competitiva que ha crecido tanto con los canteranos repescados o ascendidos (Bruno, Cristo, Suso, Álvaro, Yeray o Abel) como con las incorporaciones (Moyano, Íñigo Ros o Guillem Martí). Y en la que tiene un curioso peso la continuidad de los fichajes de invierno de la anterior campaña: Aridane, Loro y Llorente. n cualquier caso, el mayor mérito de Quique ha sido ver futbolistas muy válidos donde muchos aventuraban que sólo había proyectos sin madurar, jugadores sin personalidad o generadores de problemas disciplinarios.

Álvaro Cervera. Lo admito: no me gusta su conservadurismo. Y menos aún su empeño en priorizar, en algunos planteamientos, aspectos como el mal estado del césped o alguna peculiaridad del rival. so sí, lo entiendo: él es el entrenador y quiere ganar. Y yo soy un espectador y quiero divertirme. Además, es obligado recalcar el notable funcionamiento colectivo que ofrece el Tenerife 12/13. Y, cuando se suelta, el buen fútbol que practica. so es mérito de los jugadores, obviamente, pero también del técnico. Sólo tiene tres puntos más que hace un año, pero las sensaciones futbolísticas que ofrece están a años luz. Sabe a lo que quiere jugar y, lo que es más importante, es capaz de hacerlo a diferentes velocidades, cambiando el ritmo de los partidos a su antojo.

P.D. Aún siendo campeón de grupo, el ascenso es una lotería. Pero el Tenerife 12/13 ofrece argumentos para sentirse orgulloso.