Aunque su nombre y apellido coincidan, no se trata del actual embajador de la República Federal de Alemania en España.

Wolfgang Hermann, invitado por la sección de Literatura del Ateneo de La Laguna, compartió la lectura de su única obra traducida hasta la fecha al español, Despedida que no cesa, con el público que se acercó a la sociedad lagunera el pasado martes, durante un encuentro abierto que estuvo conducido por Sandra Santana y Rafael-José Díaz.

Y si bien es verdad que ya no resultan sorpresivos esos libros descarnados en los que sus autores narran la dolorosa pérdida de un hijo, y tenemos en lengua castellana ejemplos como Mortal y rosa, de Francisco Umbral, o La hora violeta, de Francisco del Molino, no cabe ninguna duda de que siempre sobrecogen. En el caso del austríaco ha tardado diez años en afrontar esta obra, acaso la única forma posible de afrontar la muerte de su único hijo.

Y es que al poco tiempo de ir a vivir en compañía de su padre, el joven Fabius fallece durante el sueño, una circunstancia que para el padre se convierte en un desenlace que resulta difícil de conciliar y asimilar. Desde entonces, Wolfgang ha ido rumiando todo un monólogo interior que es el que después vuelca en las páginas de este libro, en el que se mezclan la culpa, la incredulidad, la rabia, el miedo y un sinfín de preguntas que acaso nuca llegarán a tener respuesta adecuada.

"Solo queda el recuerdo, la memoria, el espacio interior, que nadie puede quitarme. ¿Que nadie puede quitarme? ¿Acaso la irrupción de la catástrofe en mi vida no aplastó mi espacio interior? Vivo en un túnel de imágenes angustiosas e inmutables", escribe.

Y también lanza una súplica cargada de irrealidad. "Que no sea verdad, por favor, por favor, por favor".

Despedida que no cesa es el único de sus libros que hasta ahora se ha traducido al español. ¿Hay alguna razón para que así sea?

Así es , pero se está preparando la traducción española de mi libro París Berlín Nueva York. Transformaciones. Espero que puedan ir apareciendo algunos otros libros míos.

¿Estamos ante una novela o más bien frente a un lamento autobiográfico?

Este libro es una respuesta a muchos años de silencio tras la muerte de mi hijo. Es el intento de crear algo nuevo a partir de la oscuridad de la desesperación. No quería escribir un lamento, de lo contrario no hubiera esperado tanto para escribir este libro. Escribí este libro para transformar el horror, es una lucha contra la muerte, en favor de la luz, en favor de la transformación de toda oscuridad en luz.

En su obra late una reivindicación de la vida, ¿también una aceptación de la muerte como momento para la reconstrucción?

¿Cómo era posible continuar viviendo tras lo peor? El impulso fue saber si había una respuesta para esto. Intenté concentrar en mí toda la fuerza y escribir algo lleno de claridad.

La novela desprende una profunda historia de amor y de amores, pero ¿la emoción está contenida?

Sí, fue el amor lo que me guió al escribir este libro, la entrega y el amor a mi hijo. Pero los sentimientos por sí solos no crean una forma.

¿Recomendaría una lectura que estuviera acompañada de la música de Beyond the Missouri Sky de Pat Metheny, ese tema que su hijo Fabius escuchaba y tocaba a la guitarra?

Sí, esa música es, junto al silencio, la melodía de fondo del libro, sobre todo el Spiritual.

¿Qué importancia tiene la luz en esta obra?

El libro es un himno resplandeciente a la luz interior. Una lucha contra la muerte, como dije antes.

¿Y la memoria del dolor?

El dolor permanece indeleble.

¿Se pregunta, como lo hacía Hölderlin, para qué un poeta en tiempos de penurias?

Crear algo a partir del dolor es un gran cambio. Durante mucho tiempo luché para conseguirlo. De lo contrario, solo habría desesperación muda.

¿O quizás asume aquella reflexión de Heidegger sobre que el poeta es un intermediario entre la voz del pueblo y los dioses?

Cuando escribo, busco tras la sombra de los gestos, formo un cuerpo invisible, una escultura de luz. Heidegger habla de Hölderlin como el poeta del ser, pero yo prefiero leer a Hölderlin por mí mismo.

¿Considera que a veces la locura es la única salida posible en una situación de desamparo y soledad?

Los peores golpes del destino destruyen toda forma. Entonces solo permanece la muda desesperación. También la locura es tan solo un intento de la mente de encontrar una nueva forma. La literatura busca lo mismo, solo que de otra manera.

Un prolijo bagaje

Wolfgang Hermann nació en 1961 en Bregenz (Austria). Estudió filosofía y filología en Viena, donde se doctoró con una tesis sobre Friedrich Hölderlin, y después pasó algún tiempo en Berlín, París y Aix-en-Provence. De 1996 a 1998 trabajó como profesor universitario en Tokio, y actualmente reside en Viena. Es autor de numerosos libros, desde ''Das schöne Leben'' (1988) hasta ''Herr Faustini bleibt zu Hause'' (2016), pasando también por títulos como ''Die Farbe der Stadt'' (1992), ''Fliehende Landschaft'' (2000) o ''Herr Faustini und der Mann im Hund'' (2008). Es autor, también, de diversos libretos de ópera.

Autor destacado

Wolfgang Hermann escribe prosa, poesía, teatro y radioteatro y, asimismo, es miembro del PEN Club Internacional en Alemania. Está reconocido como uno de los más destacados autores de la actual literatura en lengua alemana. De su obra, en español sólo se ha publicado un libro, concretamente el que lleva por título ''Despedida que no cesa'', una traducción de Ricard Gross y publicado por Periférica en el año 2016. Actualmente, el traductor Jorge Seca se encuentra preparando un nuevo libro de Hermann para esta misma editorial bajo el título: ''París Berlín New York. Verwandlungen''.