Corría la primavera de 1960 y sobre las tablas del Gran Teatro del Liceu de Barcelona resucitaba la figura del célebre Isaac Albéniz en los armónicos movimientos del Ballet Nacional. Esta obra magistral, pieza fundamental de la historia de la música española, había sido una de las últimas composiciones del gran maestro en los últimos años de su vida. Y a ella, como a las obras de otros grandes autores de la talla de Joaquín Rodrigo o de Antonio Ruíz Soler, les pusieron coreografía otros maestros del Ballet Nacional, incorporándolas a un vasto repertorio que ha ido engordando copiosamente a lo largo de las últimas décadas. Ahora, el Ballet Nacional de España acaba de cumplir su cuarenta aniversario y para celebrar su lozanía se ha puesto de largo y se ha lanzado a una gira con la que pretende robar más corazones que nunca.

Desde el pasado 8 de diciembre y hasta el 23 de este mismo mes, el Teatro de la Zarzuela se engalana para acoger algunas de las coreografías más emblemáticas de la institución bajo la batuta de Antonio Najarro. Y es que espectáculos hay muchos, pero espectáculos de ballet en Madrid como el del Ballet Nacional no hay tanto, La cuidada selección de coreografías que se presentarán ante el espectador tratan no solo de ofrecer una retrospectiva sobre las mejores obras del Ballet Nacional, sino de la Danza Española en general, mostrando sus cuatro estilos más representativos y aclamados.

Para la ocasión, como no podía ser de otra forma, el Ballet no estará solo. Acompañado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid (ORCAM), que dirigirán los maestros Manuel Coves y Álvaro Abiach, así como por músicos flamencos del y otros grandes artistas invitados, el BNE se dispone a pulverizar las tablas en doce funciones a lo largo de dos semanas. Además, en su empeño por no dejar nunca de lado su labor de divulgación y conocimiento de la Danza Española al público más joven, el Ballet Nacional ha programado dos funciones familiares con una hora de duración. La primera tuvo lugar el pasado sábado 15 de diciembre, y la segunda tendrá se representará el próximo 22 de diciembre de 2018.

La primera parte de este exquisito manjar que serán los espectáculos del BNE, comenzará con Eritaña, última pieza del cuarto cuaderno de la adaptación de la célebre Suite Iberia de Albéniz. La seguirá El Concierto de Aranjuez, concierto para guitarra y orquesta que Pilar López transformó en 1952 en coreografía. Pertrechada del más puro baile clásico español, elegante y garboso, esta pieza lo tiene todo para emocionar.

Y volverá Albéniz sobre las tablas en compañía de Antonio Ruiz Soler y la Escuela Bolera, con una elegante interpretación de Puerta de Tierra, pieza que exige de los bailarines una precisión técnica sin parangón, pero a cambio nos granjea un alarde de virtuosismo digno de otro tiempo. Por el escenario pasará también una deliciosa reinterpretación de la magnífica Fuenteovejuna de Lope de Vega, seguido de una Soleá potente y temperamental que deja exhaustos de belleza a propios y extraños con sus bailes llenos de pasión e inclusive un dolor físico que todo lo penetra.

Y esto es solo el principio, pero no te lo vamos a contar todo. Porque, al fin y al cabo, irás a verlo con tus propios ojos. ¿Verdad?