Tres de los detenidos ayer por la Policía Nacional por fraude en el cobro de derechos de autor de piezas musicales emitidas en televisión en una práctica conocida como "la rueda" comparecen hoy ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, han informado a Efe fuentes jurídicas.

Se trata de Rafael Tena, hermano del desaparecido cantante Manolo Tena, Manuel Carrasco y Fernando Bermúdez, han indicado a Efe fuentes de la investigación

Dieciocho personas fueron detenidas ayer en esta operación llevada a cabo por agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía, si bien solo han sido puestas tres a disposición judicial y el resto ha quedado en libertad.

Estos tres detenidos son socios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), cuya sede fue ayer registrada, y ya aparecían en la lista que hizo el expresidente de esta entidad Antón Reixa en 2013, en la que mencionaba a once personas como los principales promotores de "la rueda".

Además de en la SGAE, los agentes requirieron también información a TVE, Telemadrid, Euskal Irrati Telebista (EITB), Castilla-La Mancha Televisión (CMM), Radiotelevisión Canaria, Televisión de Aragón, TPA, del Principado de Asturias, la televisión autonómica Murcia 7RM y la autonómica balear (IB3), entre otras cadenas.

En total, se practicaron 16 registros y 20 requerimientos de documentación en el marco de una investigación sobre "corrupción entre particulares" y presuntos fraudes en la gestión y cobro de los derechos de autor por parte algunos autores asociados a la SGAE.

La SGAE, que ha circunscrito los hechos a un periodo entre "2006 y 2011", ha señalado que la investigación afecta "a algunos de sus asociados" y a un "extrabajador" y afirma que la actual junta directiva "lleva años" tratando de "combatir" el asunto, "tanto en el frente judicial como a través de un proceso de arbitraje".

El "entramado" creaba "música de baja calidad" y registraba "falsos arreglos" sobre obras musicales de dominio público para después ponerlas a nombre de testaferros y empresas editoriales.

El objetivo era emitirlas en programas nocturnos de diferentes cadenas de televisión y generar derechos de autor, es decir, un enriquecimiento "injusto" a través del pago de estos derechos realizado por la SGAE en sus liquidaciones.

Para conseguir esos contratos de emisión de sus piezas musicales contaban con personas en el seno de las televisiones que los facilitaban a cambio de la cesión de determinados porcentajes de derechos o/y una contraprestación económica.

Esta cesión de derechos de obras musicales "falsas" convertía a las cadenas en titulares de derechos de propiedad intelectual de las obras, generándoles un "retorno" -beneficio económico- en función de los minutos y franjas horarias en las que eran emitidas en sus programaciones y que la SGAE abona en sus liquidaciones semestrales, según la policía.

Para maximizar las ganancias en concepto de "retorno", las televisiones extienden la programación de esa música a otras franjas horarias como un fondo "inaudible", es decir, la emisión de una sintonía que no es percibida por el oído del televidente en ningún momento, si bien sí se declara como música emitida.