El escritor Eduardo Mendoza ha sido madrugador a la hora de llegar a Alcalá de Henares, donde recibirá hoy el Premio Cervantes 2017, un galardón ante el que, ha confesado a los periodistas, todavía no ha reaccionado "y total, para lo que queda de ceremonia... ya no reacciono".

Ataviado con el tradicional chaqué, el Premio Cervantes ha asegurado que se encontraba muy contento y honrado por recibir este galardón y respecto a su vestimenta ha dicho que, a partir de ahora, la llevará siempre.

"A mí me gusta disfrazarme; soy muy teatrero", ha indicado entre risas en la entrada del Paraninfo de la Universidad de Alcalá, donde a partir de las doce del mediodía se celebrará la ceremonia presidida por los Reyes.

Un acto en el que pronunciará un discurso "forzosamente quijotesco" aunque ha indicado que no será propiamente un discurso sino "una lección cervantina".

En el acto estará acompañado por su familia que, ha dicho, como todas las familias en estas ocasiones no respaldan: se burlan y dicen que ha salido mal, ha bromeado.

No ha querido avanzar si prepara una nueva novela pues no hace "spoiler", y ha explicado que lo que ha salido recientemente es un ensayo. Lo que toca ahora, es mirar hacia delante.