Es curioso cómo con unas mismas bases, con unas premisas de partida exactamente iguales se pueden dar soluciones tan diferentes. Como la visión del mundo de cada cual lleva a resultados tan diferentes partiendo de un mismo lugar. Mientras unos se abren sin barreras al orden sentimental de los valores de la vida y a la observación y comprensión del universo a través de la belleza o de las formas armónicas y agradables a los sentidos otros se cierran.

Estoy hablando de dos cosas a la vez, de un concurso internacional de arquitectura que se celebró en Turquía en 2014 para la construcción de una torre de telecomunicaciones en Çanakkale y también estoy hablando, indirecta y metafóricamente, de otros proyectos de arquitectura con los que nos enfrentamos aquí en Tenerife, de los que por desgracia no se puede hablar abiertamente sin que alguien se ofenda, así que volvamos a Turquía que nos puede servir para repensar lo que hacemos en la Isla.

Çanakkale que es una ciudad de un patrimonio urbano único, situada en la costa noroeste de Turquía cerca del mar Egeo. La ciudad soñó con el futuro y se preguntó si era posible diseñar un icono que reuniera todas las cualidades del lugar y convocó un concurso internacional de arquitectura.

El lugar para la torre está en la cumbre de una colina, dentro de un bosque nacional con unas vistas imponentes de los Dardanelos. En las bases del concurso se pedía a los competidores considerar los requisitos tecnológicos de una torre de radiodifusión y a la vez potenciar el espacio público y las zonas recreativas con igual énfasis. Querían un diseño icónico para una torre y también el desarrollo de conceptos innovadores para la creación de espacios públicos al aire libre. El diseño y la posición del proyecto tenía que servir como un atractor para toda la región y ser reconocido como un símbolo de Turquía.

Los ocho equipos que pasaron a la final lo interpretaron de manera tan diferente que uno se tiene que preguntar por qué. Creo que tiene algo que ver con la ciencia. Los científicos consideran importante examinar un problema objetivamente, estudiarlo desde todos los puntos de vista. Con esa actitud los arquitectos examinaron las bases y, como vamos a descubrir, las interpretaron según la visión del mundo de cada uno. IND + ABT + Powerhouse Company ganaron el concurso, quedando Snøhetta segundos y Amanda Levete Arquitectos (AL_A) terceros.

El concepto ganador de IND+ABT, de un color naranja brillante, contrasta dramáticamente con el rico arbolado del lugar, incluye un camino elevado que se desliza sobre el intenso verde del paisaje natural, a través del bosque, en un bucle simple, culminando en una torre sobresaliente de 100 metros de altura en un extremo y creando un gran jardín público en el centro. Con líneas limpias el diseño permite futuras adaptaciones a medida que la tecnología avance. No sólo es una bella escultura para contemplar a lo lejos, sino también un destino en sí mismo, que funde el contexto histórico con la experiencia contemporánea.

En Snoheta, segundo premio, el paisaje es el elemento fundacional entre lo horizontal y lo vertical. Los arquitectos de Oslo insertan todo el programa en la ladera de la montaña para preservar el paisaje natural. Es un plan simple que consiste en un solo espacio oval tallado en la montaña, proporcionando panorámicas vistas enmarcadas de Çanakkale y el estrecho del Bósforo.

La londinense Amanda Levete sin embargo crea una torre distracción y nos muestra una diversión, a modo de cinta de Moebius en vertical, envía un mensaje: el siglo 21 nos ofrece la oportunidad de repensar la integración de la tecnología y la naturaleza en nuevas experiencias e identidades.

Tres propuestas diferentes surgidas de unas mismas bases, de un concurso abierto y transparente, que garantizan que la elección de la ciudad se hace de la manera más correcta posible.