Hasta hace poco compartía la fama acumulada por el quinteto norteamericano Midnight Red, una propuesta musical que se activó en Los Ángeles en la que se alistaron Anthony, Colton, Eric, Joey y Thomas. Como suele ocurrir con muchos proyectos construidos a partir de las ilusiones de unos adolescentes, el éxito no tardó en llegar. Millones de jóvenes quedaron atrapados por un sonido que no olvidó las raíces latinas de algunos de sus componentes. Thomas Augusto, que ayer cantó en la capital tinerfeña, tiene conexiones con Venezuela. El joven texano decidió volar en solitario en octubre de 2016 y ahora está promocionando el tema "Bed with a stranger" ("En la cama con un extraño"). "En Canarias se percibe un buen gusto por la cultura latina", asegura en su primera visita al Archipiélago.

Hijo de un matrimonio de venezolanos, Thomas Augusto admite que este es un momento clave para exaltar los orígenes de cada persona. "No es fácil explicar lo que está pasando, pero Trump sabía que los latinos no se iban a quedar callados", dijo antes de ofrecer su primera actuación en Tenerife. "Todo lo bueno que me contaron de Canarias es verdad", asegura un artista que cree que "la cultura tiene un peso importante a la hora de reactivar el fenómeno de la inmigración. La música, el cine, la literatura y el arte en general deben expresarse en libertad", declara un creador que encuentra cosas buenas y malas a la hora de moverse en solitario. "Uno de mis defectos o virtudes, según el lado del que se mire, es que me gusta la puntualidad... Ahora no tengo que esperar por nadie, es decir, que soy libre para explorar los caminos que me más apetezcan", sostiene un cantante que controla al cien por cien sus temas.

"Ver cómo va creciendo una canción es una experiencia maravillosa que implica pasar nervios, pero ese miedo inicial desaparece cuando ves que lo que has hecho moviliza a muchas personas. Lo importante es reconocerte en el producto que ofreces".

Sobre las conexiones latinas que muestra en muchas de sus composiciones, Thomas afirma que es un orgullo conectar con un público que juega un papel tan decisivo en la mezcla de culturas. "En Ravenour, por ejemplo, se nota la influencia de una guitarra española y otros elementos que forman parte de un mestizaje que está muy presente en todo lo que hago", apostilla.

El joven estadounidense tiene claro que producir música es un arte que hay que cuidar día a día. "Uno no nace aprendido, sino que busca los elementos que pueden ser útiles para la aventura que está desarrollando... Me agrada experimentar con los sonidos urbanos, pero reconozco que al final me quedo en una posición más cercana al pop", cuenta antes de valorar a la competencia, cómo se vive lejos de Midnight y lo que siente cada vez que sube a un escenario como el que ocupó el sábado de piñata en Santa Cruz de Tenerife.

"Hasta los más grandes están expuestos a la fuerza con la que llegan los jóvenes. Cuando haces un trabajo que tienes éxito al final acabas diciendo y ahora qué... Lo nuevo nunca es una garantía de éxito, pero si lo que vas a mostrar está bien trabajado las posibilidades de volver a llegar a una posición de privilegio son elevadas", añadiendo que en la actualidad "no tengo la presión que existía dentro de Midnight".

Thomas Augusto dice estar en una fase de descubrimiento de su sonido. "Quiero que el público me identifique con lo que estoy realizando ahora, no con mi pasado en Midnight. Allí la responsabilidad era mayor porque el proyecto estaba más rodado y la gente siempre quiere más. Aquí, en cambio, todo está por hacer". De las sensaciones que le provoca descubrir una nueva audiencia, el intérprete estadounidense dice que "es un aliciente mostrarte por primera vez en un lugar en el que te esperan. El resto lo pongo yo... Autenticidad, diversión y canciones", enumera.