De forma descarnada, "abierto en canal", y con el propósito de darse el gusto de "hablar, cantar, hacer el tonto y reflexionar", como él mismo anuncia, Aarón Gómez se presenta mañana, sábado, ante el público en el teatro Leal de La Laguna, con dos funciones (19:00 y 21:00) de un espectáculo que ha titulado "SolaMente" y que encierra un acto de entrega, de manera honesta y desprendida.

Aparte del habitual formato en dúo, también se decide de cuando en cuando a disfrutar en solitario, lo que para él representa algo así como "volver al lugar de donde venimos".

Con "SolaMente" explica que pretende dar un repaso a los momentos que lo han marcado en sus dieciséis años de trayectoria, si bien guarda "algo nuevo" de regalo.

Desde el fundamento de la improvisación, "un músculo que se debe trabajar, como cualquier otro, pero que cada vez está más entrenado", dice, en la idea de jugar y divertirse, confiesa que va a cantar, "acompañado por mi hermano Abraham al piano", un recorrido por la infancia que asegura encierra situaciones especiales.

Humorista, comediante, transformista, cómico... Eso de definirse lo considera "difícil y peligroso, una limitación". Por eso prefiere encuadrarse bajo el concepto de "artista" y desde ahí "buscar y experimentar las disciplinas que mejor se adapten a lo que en cada momento quiero expresar".

Lo gestual representa en Aarón Gómez una marca. "Es un lenguaje que me gusta, con el que me siento cómodo y en el que a veces encuentro la posibilidad de decir ciertas cosas de una manera más sencilla que con palabras".

Su particular estilo ha calado, de ahí que un grupo cada vez más creciente de personas acudan a sus espectáculos, lo que para este artista representa "el mayor de los regalos".

Recuerda cuando debía recurrir a pegar carteles por La Laguna como fórmula para convocar al público. "Ahora, con las redes sociales, todo ha dado un vuelco: la inmediatez y el contacto directo con la gente te mantiene vivo".

Del teatro considera que guarda "el encanto de la escena", y aunque sea diferente al clima más íntimo de una sala pequeña, donde ves los ojos del espectador, "se pueden hacer otras cosas".

Cuando se mira al espejo reconoce que el tiempo está pasando, una circunstancia que va a recordar sobre el escenario del Leal. "El pelo se está mudando hacia la nuca, crece en las orejas, y lo hace sin ni siquiera consultarme", pero de fondo reposa la experiencia, que según dicen es un grado.

Espectáculo: 11 de febrero.

Lugar: teatro Leal.

Hora: 19:00 y 21:00.