Salerno es una ciudad de unos 150.000 habitantes ubicada en el sur de Italia que en 1993 tuvo un alcalde, Vicenzo De Luca, ahora gobernador de la región de Campania, que encargó un plan para su ciudad dirigido a buscar su regeneración social, económica y ambiental. De aquel plan surgió en el año 2000 un concurso internacional de ideas de arquitectura que ganó Zaha Hadid y de aquel concurso resultó el edificio de la Terminal Marítima de Salerno, que se abrió al público la pasada primavera.

La Terminal Marítima de Salerno fue construida como parte de un proyecto de renovación más grande para la ciudad porque se consideraba necesario conectar las ricas tradiciones marítimas de la ciudad con su tejido urbano histórico a través de la arquitectura más contemporánea.

La Terminal Marítima de Salerno, es el primer proyecto que Zaha Hadid Arquitectos finaliza desde la triste muerte de la arquitecta, y está concebida como una ostra gigante en medio del muelle con su caparazón brillante que centellea con el sol y el mar y protege a los pasajeros del duro sol del verano mediterráneo. Las vistas del Mediterráneo ofrecidas desde esta nueva terminal son magníficas y desde ella se observan también, más allá, las colinas que enmarcan la ciudad.

Quizás Zaha se inspiró en una ostra, pero como siempre ocurría con ella la creó de manera abrumadoramente rotunda. Una mezcla de belleza y dureza. Demostrando, una vez más, su característica capacidad de crear formas dinámicas, bellas y estilosas con el hormigón.

El concepto de la ostra, dura por fuera y suave por dentro, surgió del análisis de ZHA del contexto del sitio y de las condiciones del lugar, así como del programa solicitado por el cliente.

El hormigón, con su solidez, con la continuidad de sus superficies, es lo que se expone a la vista, por dentro y por fuera, siendo su materialidad una parte clave del concepto estético. La terminal se eleva 13,5 m de altura, y no pasa nada, pues parece mucho menos altura por la forma inteligente en que fue pensada y diseñada. Tiene 97 m de longitud con un "hall" de entrada al que se accede a través de una larga rampa en el noroeste del edificio, luego te encuentras con un sendero de rampas de inclinación suave que llevan a los pasajeros al nivel de embarque, a unos 9 metros sobre el nivel del mar. El interior es de formas suaves y proporciona un espacio fluido y continuo de circulación hasta los transbordadores a través de controles de entrada, pasaportes, seguridad y el espectacular vestíbulo de aduanas, organizándose su ruta en torno a puntos clave como el restaurante y el gran "hall" de espera de formas dinámicas.

El hormigón también permitió a la oficina de Zaha algo muy importante en las ciudades relativamente pequeñas: ajustarse al presupuesto. En el caso de Salerno además era compatible con las condiciones sísmicas. Una ventaja adicional para ZHA fue el descubrimiento de una tradición local: el uso frecuente del hormigón y el gran conocimiento que los fabricantes locales tenían de este material.

El muelle tiene una posición que hace muy visibles y cercanas muchas partes de la ciudad histórica, parece que el edificio está flotando en el mar. Es una instalación ondulante para transbordadores locales, regionales e internacionales, así como también para cruceros, además de oficinas asociadas para los controles fronterizos nacionales y líneas marítimas. Por la noche, el resplandor de la terminal, ubicada en la entrada del puerto, actúa como un faro que da la bienvenida a la ciudad en una transición suave entre la tierra y el mar. Una razón más para volver a Italia.