Su voz suena tocada por las últimas emociones. Sabe que está en esa fase en la que debe empezar la desconexión con el X Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife. "Sigo entre las nubes, pero tengo los tiempos controlados... La próxima semana vuelvo a la realidad", argumenta Diego Navarro horas después de cerrar su cuaderno de partituras. "Esta edición ha estado a la altura del momento histórico que vive Fimucité", sostiene el compositor y director de orquesta santacrucero. "Reunir a más de medio millar de personas en nueve conciertos -incluidas las dos citas pedagógicas que se celebraron en el teatro Guimerá- y sumar más de seis mil espectadores es un gran logro. Ha habido instantes que van a quedar para siempre en la memoria de los aficionados a la música de cine", agradece el impulsor de un festival que destaca la entrega sin condiciones del público. "Hemos vendido hasta esas localidades que normalmente nadie suele comprar porque tienen una mala visibilidad", aclara Navarro respecto a la situación de "sold out" que se dio en varios conciertos celebrados en el Auditorio de Tenerife, el teatro Guimerá y el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos (Arona).

"¿Y el ahora qué? que muchas personas se preguntan en estos instantes es un clásico de Fimucité. "Ha caído en esa trampa que colocamos al comienzo de cada edición (ríe)... ¿Después de esto qué más podemos hacer? No lo sé... Supongo que hemos llegado a un punto en el que mejorar mucho más lo que hemos hecho no es fácil. Es un reto complicado, pero hoy mi planteamiento es que en 2017 nos coloquemos al mismo nivel que este año. Queda un año por delante, pero me conformo con lograr algo parecido", incide un director de orquesta que el pasado sábado construyó una secuencia épica con el estreno europeo de "El Hobbit".

Navarro sabía que el sábado iba a protagonizar una de esas jornadas inolvidables. "Llegué muy tranquilo al Auditorio; convencido de que estaba viviendo un momento histórico", avanza al tiempo que abre una comparación gastronómica. "Si tuviera que buscar algo sabroso para explicar ese instante de felicidad recurriría al placer de saborear un buen solomillo con sus salsas... Hubo momentos del concierto en el que cerré los ojos porque ya estaba convencido de que habíamos alcanzado unos niveles de perfección increíbles", desveló sin obviar que Howard Shore -el domingo hizo una visita al Parque Nacional de El Teide que le generó una gran impresión, una ambientación tan sobrecogedora que no renunció al privilegio de pasar la noche en el Parador- le dio libertad de movimientos. "Solamente hizo un par de puntualizaciones sobre la marcha porque el trabajo estaba bien hecho", destaca un profesional que espera reorganizar su vida familiar y profesional tras esta excitante aventura estelar. "Aún no puedo contarlo todo, pero a finales de mes mostraremos en un festival muy prestigioso la música de Pasaje al amanecer", avanza Diego Navarro.