Son los músicos la principal razón de ser de esta sección que está a punto de cumplir dos años en EL DÍA. La Asociación Cultural del Disco Canario, del 3 al 5 de noviembre, va a realizar la II Feria del Disco Canario en el Espacio Cultural Aguere de La Laguna. Con esta actividad intentamos aglutinar la actualidad de la producción discográfica en las islas, conocer mejor el pasado de los sellos, de los estudios de grabación y dificultades de los artistas. El trabajo de rescate de nuestra memoria musical cuenta con el apoyo del Aguere, pero aún así es necesaria la colaboración de quienes lean estas líneas, a fin de intentar construir un verdadero mapa sonoro del archipiélago.

En nuestra sección semanal reseñamos discos recientes que se están editando en las islas, o de artistas de las islas que conocen edición fuera de éstas. Pongamos el caso de We Were Heading North, editado por El Hombre Bala Records de Santa Cruz, nos ocupamos hace unos meses de su disco homónimo. Ahora nos sentimos gratamente agradecidos porque el sello mexicano Silentium in Foresta ha hecho una limitadísima edición de 25 copias en digipack de su primer trabajo. El avance del vinilo como nuevo formato, ya no para la escucha sino para el coleccionismo, queda en tela de juicio cuando nos encontramos con esta nueva edición de We Were Heading North.

Pero mayores rarezas son a las que nos tiene acostumbrados el amigo Miguel Cámara del grupo Mal Ride. Su sello Vagueness Records, de Santa Cruz, es el caso más internacionalista de cuantos han existido en las islas. Sus limitadas ediciones en cintas de cassette se caracterizan por ser preciosistas hasta el extremo de incluir tan solo la precisa información. El último caso es la cinta color plata de Trespasser. Producido y mezclado por Yuro Chain desde su domicilio en Berlín, ha sido parcialmente grabado en Manchester y masterizado en Bolonia. Ocho densas canciones de un músico que ha encontrado en las Islas Canarias un sello que ha apostado por él, y ha editado para el mundo una cinta de cassette que es una de esas pequeñas piezas de coleccionismo, pero sobre todo música, que deberías escuchar.

La importancia de los sellos discográficos ha sido determinante para las carreras de muchos artistas. No obstante, con el avance de las nuevas tecnologías, la autoedición ha solucionado muchos de los principales errores de sectarismo y miopía de los sellos independientes, ya que por hoy no nos centraremos en las "major". El músico Tomás de la Rosa, bajo el nombre de Postman, en su estudio de Santa Cruz ha facturado algunos de los mejores registros de la última década. Su incansable labor compositora no se ha visto frenada por el ímpetu y desaparición de algunos de los sellos canarios con los que ha editado. Nos ocupamos en su día de su doble CD autoeditado y de título "Duality". Recientemente Raúl Gorroño en estas mismas páginas anunciaba la segunda referencia del sello de reciente creación Keroxen. En una magistral entrevista a Tomás, desgranaba los entresijos de un sexto trabajo del músico tinerfeño que hemos visto evolucionar desde el punk de los años 80 hasta las muy divertidas y divergentes líneas de la electrónica del futuro con las que se entretiene y nos educa. Bonita edición en un estuche de cartón, limitado a 100 copias.

Y es que no podemos olvidar que existen sellos porque existen músicos, y existen discos porque hay en las islas un talento creador que no se detiene aunque el ostracismo esté siempre a la vuelta de la esquina.

* Presidente de la Asociación

Cultural del Disco Canario