El Pabellón de la Serpentine Gallery, en Londres, se ha convertido en un punto de encuentro internacional para la experimentación arquitectónica a través de la presentación de estructuras temporales inspiradoras por algunos de los mejores arquitectos del mundo. Un punto de referencia muy esperado en Londres cada verano, el pabellón es una de las diez exposiciones más visitadas de arquitectura y diseño en el mundo.

Mis favoritos a lo largo de los 15 años en que se ha celebrado este evento han sido tres: Sou Fujimoto 2013, Toyo Ito 2002 y Selgas Cano 2015.

En 2015, los arquitectos españoles José Selgas y Lucía Cano diseñaron el quinceavo Pabellón Serpentine. Fue la primera firma española que diseñó este pabellón en los jardines de Kensington. El pabellón era una estructura amorfa, de doble pared, poligonal, formada por paneles de un polímero transparente pero con un sistema que permitía percibir múltiples colores fluorescentes. Los visitantes podían entrar y salir del pabellón por diferentes puntos, pasando a través de una especie de corredor secreto entre la capa exterior y el interior de la estructura. El interior, brillante, creaba un efecto de vidrieras. El exterior como una crisálida, orgánica y ligera, conectado con la naturaleza circundante y que se sentía como una parte más del paisaje.

Ese año, Fortnum & Mason estableció un café en el Serpentine Pavilion que hacía la visita aún más especial.

Otro de mis pabellones favoritos fue el de Toyo Ito en 2002. Ese año, la Serpentine Gallery Pavilion parecía ser un patrón aleatorio extremadamente complejo que resultó ser tan solo la forma derivada de un algoritmo de un cubo que se expande y gira. Los numerosos triángulos y trapecios formados por este sistema de líneas de intersección se revistieron de un blanco translúcido y otros se dejaron transparentes, dando la sensación de encontrarte algo así como dentro de un movimiento constante.

El pabellón de verano mágico de Toyo Ito en la Serpentine Gallery fue una lección de la imaginación y buen gusto así como de gran calidad arquitectónica y contemporaneidad.

Pero si hay un pabellón que me gustó más que todos los demás fue el de Sou Fuijomoto en 2013. Toda una sorpresa.

Nacido en 1971, Sou Fujimoto ha sido el arquitecto más joven en ser el encargado de diseñar un pabellón de la Serpentine Gallery. La directora de la galería, Julia Peyton-Jones, explicó que fue una apuesta arriesgada pues hasta entonces la Serpentine Gallery había tendido a designar a arquitectos de mayor edad, y con gran prestigio, ya que eran más conocidos fuera de la profesión de arquitecto y el pabellón no es solo para esta profesión sino para cualquier interesado en la cultura en general.

Además, según la directora, el plan financiero se basa en que el pabellón se vende, si no, no podrían pagarlo. "Así que para trabajar con un arquitecto más joven -que tal vez no tenga tan fácil reconocimiento fuera de la profesión- era un riesgo para nosotros", comenta Peyton-Jones en Dezeen.

La fabulosa conclusión es que si nombrar a Fujimoto en 2013 fue una apuesta, sin duda valió la pena. Según The Art Newspaper, fue la exposición más visitada de diseño de cualquier parte del mundo en ese año, cosa que ningún otro museo o galería del mundo puede decir.

Fujimoto creó una estructura similar a una nube, hecha de redes de postes de acero blanco. Las variaciones en la densidad de la red crearon una exquisita estructura transparente, que revelaba en parte la Galería y el parque que la rodea en función de donde estaban los visitantes.

Fujimoto creó algo que dio una perspectiva completamente diferente al parque. Era transparente y la luz creaba una maravillosa relación con el edificio porque se podía ver a través de él. Los visitantes podían caminar a través del pabellón en el nivel del suelo, o ascender para obtener una mejor vista del parque.

Una serie de discos de plástico translúcido superpuestos protegía a los visitantes de la lluvia, mientras que se mantenían los pabellones con luz y ventilación natural. Técnicamente muy simple pero con una apariencia magistral, como una nube que se instalara para refrescar los Jardines de Kensington aquel verano.