Un 17 de febrero de hace 178 años vino al mundo Nicolás Estévanez y Murphy, en una casa situada en la plaza de San Antonio Abad de La Palmas que hasta 1834 fue sede del Tribunal de la Inquisición.

La familia residió en Las Palmas por estar allí destinado el padre de Nicolás (militar), si bien Tenerife va a contar siempre con una mayor consideración y relevancia en sus recuerdos, ya que en ella transcurre su infancia y allí vivieron sus mejores amigos.

La figura de Nicolás Estévanez despierta polémicas y desata opiniones favorables y contrarias. Era canario de nacimiento y de sentimiento; se declaraba africano y antieuropeísta, ateo y anticlerical, un revolucionario, anarquista y defensor de la República Federal, que ejerció como militar comprometido en la lucha por la democracia y la justicia social, siendo gobernador civil de Madrid y Ministro de la Guerra. Pero siempre fue poeta, periodista y traductor de obras de clásicos latinos, griegos y franceses, autor de obras literarias de difusión y de gran aceptación en Latinoamérica.

Tras el fracaso de la I República, Estévanez se exilia voluntariamente en Lisboa, para finalizar su periplo en París, donde trabajó como traductor en la editorial de los hermanos Garnier, su principal medio de subsistencia.

En la evolución ideológica de Nicolás Estévanez se aprecia una radicalización creciente. Tras ser diputado en 1903 y candidato en las de 1905 y 1907, llega a la conclusión que a través de la vía parlamentaria no se lograría el restablecimiento de la República. A partir de 1905 emprenderá junto a Alejandro Lerroux y Francisco Ferrer una etapa más cercana a la vía insurreccional, que siempre había preferido. Tras el fracaso de la Unión Republicana en 1909, se retira desencantado de la primera línea de la política, no volviendo a salir de París, quizás influido también por la muerte de su esposa, María Concepción Suárez Otero.

Estévanez continuará su actividad literaria, colaborando en prensa y trabajando para la editorial de los Hermanos Garnier hasta su muerte el 19 de agosto de 1914.

Desde la sombra del almendro

La Asociación Cultural Desde la Sombra del Almendro, que nació en 2011, surgió y se desarrolló primeramente en el mundo virtual de las redes sociales. Su presidente, Nicolás Reyes González, señala que el interés de esta asociación sin ánimo de lucro ha sido y es "la lucha por la recuperación de la Memoria Histórica de Canarias, en un sentido amplio, sin límites cronológicos y con independencia en los criterios de selección". Esta idea supone rescatar del silencio y del olvido las "biografías históricas" de personajes canarios no suficientemente conocidos y valorados, explica Nicolás Reyes. A propósito, los integrantes de este colectivo aguardan con cierta impaciencia la apertura de la casona de la curva de Gracia, en la última fase de rehabilitación, y esperan poder contemplar los restos del almendro y dar vida a los versos del poema "Canarias".