La Trini es Trinidad Montero (Córdoba, 1979), una "diva" que ahonda "a horrores" en su último trabajo, "De lo simple a lo profundo", en lo que es bello y "jazea" a los grandes maestros cubanos por bulerías o tonás. Independiente y firme, asegura que está en una época de "desnudar" su alma.

La cantante presentará en Madrid el próximo jueves, en la Sala Clamores, el que es su cuarto trabajo y lo hará con "artillería pesada", la que "disparan" el pianista de Omara Portuondo, Gito Maletá, el contrabajo Iván Ruiz y el percusionista Pedro Pablo Rodríguez.

"Tenía ganas de hacer algo que sintiera desde el alma y que mezclara el son latino y Andalucía y lo he logrado y ha salido algo ''muy Trini''", asegura la artista en una entrevista con EFE.

Su gusto por "lo retro" lo plasma en este disco tanto por la elección de temas como en su estética, en la que abunda en su "divismo" a los años 40 y 50, con un atrezo muy teatral.

"Son trece temas de otro tiempo pero también superactuales, por su letra, por sus arreglos, por esa estética tan diferente y genuina. No hay más que oír el bolero ''Tres palabras'' por bulerías y a la vez sonando a Cuba", detalla.

"De lo simple a lo profundo" es jazz, son cubano, debla, toná, bulería, pero "acercándose más a la improvisación que a los palos clásicos del flamenco" y siendo "auténtica" en cada uno de ellos, para darle su "sellito".

Reconoce que lo que hace es música "minoritaria", que sus presentaciones y conciertos no llevan a 10.000 personas a un estadio, "pero son fieles a muerte y compran, que eso ya es decir mucho, los discos".

Es, dice, una artista "de vivo", de conciertos, y su independencia discográfica le permite empezar a "rodar" ahora el disco, con presentaciones ante el público y venta digital, y editarlo físicamente dentro de unos meses.

"Estoy en una época de desnudar mi alma. Todos los temas tienen un porqué y tienen que ver con mi vida. Estoy como hace mucho que no estaba", presume.

"Veinte años", "Tres palabras", "Fiebre de ti o "Tal vez" son algunos de los "estándar" que ha elegido para este disco, en el que, recalca, ha dado "un salto" para romper con todo lo anterior.

En "Fiebre de ti", de Benny Moré, hay, por ejemplo, un "deseo tan loco", "una idea tan morbosa del deseo" que supo que tenía que cantarla, y en "Qué te pedí", de La Lupe, la entrega absoluta de una amante.

"En otras, como en ''María'', de José Valdés, tengo que hacer un verdadero esfuerzo por no emocionarme hasta las lágrimas y en ''Bésame mucho'' ahondo a horrores en lo que es bello, aunque eso es verdad que lo hago en todas", detalla.

"Soy como una montaña rusa, tengo picos de alegría y de tristeza muy grandes, pero estoy aprendiendo a controlarme", confiesa La Trini, que también revela que son varias las personas "del mundillo" que le han preguntado por qué, ella "tan diva", no se cambiaba el nombre.

Eso, explica, es porque no saben que justo quiso ponérselo porque en una gira que hizo por Colombia un periódico tituló "La Trini llega a Medellín", como si fuera "la Callas".

"Yo no soy un número en una lista de artistas de una discográfica. No he invertido mi vida, alma y dinero para ser un número, no es eso lo que me importa. He tardado mucho, pero no quiero pan para hoy y hambre para mañana", reta a los críticos.

Su afán es ofrecer cada día un concierto distinto y lograr la "conexión química" con un público al que "fascina" con un timbre de voz tan oscuro "que lo mismo en otra vida" ha sido cubana, se ríe la cantante, que ha estudiado solfeo, piano y canto, además de logopedia, foniatría y técnica vocal e interpretación.

"Soy excesiva, intensa y expresiva, y así es desde niña, cuando me ponía tacones y me arrancaba a cantar coplas en cualquier sitio, pero en el escenario me contengo y sale el personaje. La Trini soy yo", afirma.