Una singular talla de madera de María Magdalena a tamaño natural, existente en una parroquia del pueblo vizcaíno de Arrigorriaga, despertó la imaginación del escritos y abogado vasco Armando Astarloa, residente en Tenerife desde hace décadas, para abordar su cuarta novela, "La dulce francesa. Historia de una ocultación", que se presentará hoy, a las 19:30 horas, en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, acto en el que intervendrán el alcalde de La Orotava, Francisco Linares, y el presidente de la Asociación de Amigos del Templo Masónico de Tenerife, Enrique Estévez.

La historia que plantea el autor, que tiene un final feliz que acaba en La Orotava, se desarrolla en el pueblo natal de Astarloa, en donde en un pequeño templo existe la escultura de una virgen muy peculiar, tiene los pechos, los hombros y la cadera al descubierto. Esta reliquia inquietó de tal forma a este escritor que estuvo siete años atando cabos para tratar de descubrir cómo llegó aquella figura a su pueblo, quién fue su autor y por qué no fue retirada por la autoridades eclesiásticas de la época en la que se desarrolla la novela, la segunda mitad del siglo XIX, un periodo en el que el País Vasco vivió la influyente sombra de la masonería francesa.

El trasfondo de la obra "es una crítica a las dos asignaturas pendientes de la Iglesia católica: el porqué del celibato obligatorio y el porqué de la marginación de la mujer en la Iglesia actual cristiana católica. Esa es la esencia de las dos ocultaciones", matizó.

Para dar rienda suelta a este relato, su artífice utiliza varios personajes. "La novela son dos historias, dos ocultaciones. Una es un hecho histórico y otro ficticio. La ficticia es un cura que tiene una relación con una maestra y tienen una niña, a la que tienen que ocultar. Esta trama va a dar forma a la ficción".

Basándose en hechos reales, el cura se ve involucrado en una expoliación y robo de obras de arte, además de sumirse en la imaginería guaraní fomentada por un jesuita. El momento en el que se desarrolla esta novela histórica, según su autor, coincide con la lucha económica entre la Iglesia y el Estado moderno que preconizó Napoleón.

Astarloa, antes de construir esta narración, empezó a indagar sobre el origen de aquella talla misteriosa. Nadie sabía nada, hasta que se puso en contacto con la restauradora de la imagen y le dijo que tenía una inscripción que decía Nicolaus Zume 1705, dato que le llamó la atención porque coincidía con el apogeo de la Inquisición.

Tras varias vicisitudes y teorías que elaboró tras viajar a Provenza, Génova y Argentina, además de contactar con la directora del Museo de Imaginería de Valladolid, llegó a la conclusión de que la virgen había sido fabricada en una escuela de escultura guaraní supervisada por un jesuita milanés que era maestro de tallas.

Al parecer, la hicieron para una cripta en Saint Maximin (Provenza), donde se supone que reposan los restos de María Magdalena. Es en este lugar cuando entra en escena la masonería, "cuyos miembros ven con buenos ojos la figura de María Magdalena", y un sobrino de Napoleón, además de los jesuitas, entre otros acontecimientos que están documentados.

Astarloa defiende en su libro la idea de que la citada María Magdalena llegó a Arrigorriaga, tras estar oculta en París, de la mano de un sobrino de Napoléon, que era masón, además de un lingüista interesado por el estudio del euskera y el gallego, al que el escritor relaciona en su relato con el fraile protagonista de la historia. "Ahí se establece el vínculo. La talla llegó a Euskadi por influencia de la masonería, cuyos miembros la ocultaron y protegieron para que no la destruyeran".

Este prosista, autor de otros títulos como "Bajo el volcán nevado" (2005), "La hija del amor" (2007) y "El rapto de la Europea" (2011), decidió que el final de la trama se desarrolle en Tenerife "por la importancia de los masones en Canarias. El cura tiene que salir de Vizcaya porque lo acusan de tener una talla desnuda de la virgen. Entonces la mujer y la hija también vienen a Tenerife y acaban cuidando los jardines del mausoleo masón de La Orotava". Así acaba esta novela de historia y de amor.