La final del Festival de Eurovisión se celebró anoche en el Stadthalle de Viena, por donde pasaron los representantes de los 27 países que aspiraban a convertirse en el nuevo rey de la canción europa.

La gala más pop del mundo comenzó con música clásica, a cargo de la Orquesta Filarmónica y el coro de los Niños Cantores de Viena.

La ganadora del festival del año pasado, la barbuda cantante Conchita Wurst, puso el toque glamouroso al interpretar su nueva canción, "Unstoppable", con una danza aérea que le elevó sobre el escenario del auditorio que acoge el certamen.

Los eslovenos de Maraaya fueron los primeros en subirse al escenario en una gala que fue retransmitida en directo por las televisiones de 53 países y se esperaba fuera vista por más de 180 millones de personas, una audiencia que le hace ser el evento cultural más visto.

Para ver a Edurne, la cantante que representa a España, hubo que esperar hasta bien entrada la noche, ya que actuó en el puesto 21. Las apuestas ponían al sueco Mans Zelmerlöw, con su himno pop "Heroes", y a la rusa Polina Gagarina y su canto a la paz "A million voices" como favoritos para ganar el concurso.

Italia, Bélgica y Australia completaban la lista de cinco grandes favoritos. La participación de Australia, como país invitado, se permitió con motivo del 60 aniversario del festival de Eurovisión.

El "Amanecer" de Edurne aparecía en la parte alta de las tablas, entre el número 10 y el 13, según las casas de apuesta.