La escritora Rosario Valcárcel, cuya obra "Moby Dick en Las Canteras Beach" acaba de ser publicada en Francia, decidió remover en esta novela "la lucha entre el bien y el mal" y la emoción ingenua que le provocó en su niñez el rodaje de John Huston, "el desembarco de Hollywood en Canarias".

Rosario Valcárcel rememora en una entrevista con Efe cómo surgió su interés por llevar a la narrativa el rodaje de "Moby Dick" en Las Palmas de Gran Canaria, por donde deambularon John Huston y Gregory Peck, y que cristalizó en una novela que presentará en Tenerife el 22 de enero en el Centro Cultural Príncipe Felipe de Tegueste.

Además mañana la autora grancanaria presentará en Santa Cruz de Tenerife su trilogía erótica y el 23 leerá en La Laguna poemas de su libro "Las máscaras de Afrodita".

Para Valcárcel, "Moby Dick en Las Canteras Beach" representa una "memoria inconsciente asociada a las cosas que mi familia, amigos y vecinos", que hablaban sobre el rodaje que tuvo lugar en Gran Canaria, en concreto en el mar de Las Canteras, en la zona de La Puntilla.

Además por aquella época llegaban a la arena de la playa cetáceos "muertos, oscuros, pesados, con una longitud descomunal" para los ojos de los niños que se acercaban a la orilla a recibirles y a los que llamaban "toninas, cachalotes. Las ballenas estuvieron presentes en nuestra infancia".

"Y quizás también quise escribir este libro porque cada día soy más consciente de que la vida y los recuerdos son una interminable sucesión de momentos, de rutinas que pasan tan rápido que se nos escapan, que se pierden en las memorias", reflexiona.

Por ello es una novela "a modo de testimonio" que le permitió "retroceder" en la historia, contar y revivir todas aquellas anécdotas que sucedieron durante la realización del rodaje en Gran Canaria, en los años 1954 y 1955.

"Moby Dick en Las Canteras Beach", que acaba de publicar la editorial parisina "L''Harmattan" traducida por Marie-Claire Diurand Guiziou y Jean Marie Flores, narra "una importante época de la vida de estas islas, y de los protagonistas", entre los que también se encontraba Orson Welles con un guión que escribieron Huston y Ray Bradbury.

Son recuerdos que se entrecruzan para conseguir una novela basada en un hecho histórico, la filmación, y que a su vez recoge "las voces" de los actores y de los extras isleños.

Valcárcel le ha dado un tratamiento literario a hechos documentados y utiliza para ello la novela original de Herman Melville con pequeños episodios que se van intercalando en la narración a través de su protagonista, una adolescente llamada María Teresa.

La escritora subraya cómo disfrutó narrando la llegada de John Huston y Gregory Peck al aeropuerto de la isla, anécdotas como el día que se echaron a volar al mar unos dólares en una partida de póker y la construcción de la gran ballena blanca en los astilleros del puerto de la Luz.

Agrega Valcárcel que todas sus obras plantean cuestiones sobre "lugares" porque los lugares, como dice Paul Auster, constituyen de por sí un mundo fundamental para cada individuo.

Todo artista responde al entorno en el que habita "y mi literatura siempre ha respondido a la realidad que me rodea, a mis vivencias y a las de tantos hombres y mujeres que vivimos en sociedad, que amamos y sufrimos, que hacemos el amor y que vivimos el erotismo".

Al respecto, considera que su trabajo ha tenido desde sus comienzos "una carga sensual, de fantasía, de placer y de sufrimiento, la conciencia de lo efímero de la vida. Pero la quiero definir como un canto a la libertad, a la vida, a la belleza. Decía Dostoievsky que "Solo la belleza salvará al mundo".

Sostiene la autora de "La Peña de la Vieja y otros relatos" que el erotismo no ayuda a solucionar los problemas actuales pero a paliarlos sí, porque en él habitan los acontecimientos del placer, el juego, los cuerpos encontrados, la ironía y en algunos casos el amor.

"El erotismo puede ser usado como salvación que sale al encuentro de la pequeña muerte y la convierte en aliada de la vida", puntualiza.