El tailleur, también llamado traje sastre o traje de chaqueta femenino, es el conjunto formado por una chaqueta y una falda, o pantalón, normalmente confeccionados en el mismo tejido.

Elemento básico del armario femenino, el tailleur fue elevado a la categoría de icono de la moda por Christian Dior, en 1947, con su famoso Tailleur Bar. El conjunto, parte de la línea Corolle, era compuesto por una chaqueta con cintura extremadamente marcada y una falda con mucho volumen. Su propuesta, pos guerra, devolvía el volumen estético y la opulencia a la figura, así como la feminidad a la mujer, después de un periodo de escasez y amargura.

Horrorizada por la vuelta a la opresión de la cintura femenina propuesta por Dior, Coco Chanel inmortaliza el tailleur en su retorno a la moda, en los años 50, creando conjuntos sueltos y más acordes con el día a día de la mujer moderna de la época. Chanel diseñó sus conjuntos de chaquetas, con las famosas cadenas doradas, y faldas en el mismo tejido, para las más famosas mujeres de su época.

¿Quien no conoce el tristemente famoso tailleur color rosa chicle de Chanel que Jacqueline Kennedy llevaba en el fatídico día del asesinato de su marido, el presidente norteamericano John Kennedy? Ella misma, Coco Chanel, fue fiel al tailleur, que consideraba muy favorecedor y elegante.

En los años 60 es Yves Saint Laurent quien eleva el traje sastre, de esa vez con pantalón, a lo más alto escalón del armario femenino. Su versión del smoking masculino para la mujer es, sin duda, una de sus más conocidas e importantes aportaciones para la moda del siglo XX.

Olvidado en los años 70, el tailleur vuelve en los 80 como el uniforme de las secretarias, las "yuppies" y todas las mujeres que, como Melanie Griffith en la película "Secretaria Ejecutiva", buscaban un lugar al sol en un mundo dirigido por hombres. Enfundadas en sus conjuntos de falda y chaqueta con hombreras desmesuradas, los tailleurs de los 80 representaban la imagen de las mujeres luchadoras que ascendían socialmente a través de su trabajo.

Desde entonces el tailleur ha ocupado poco espacio en nuestros armarios, visto como un atuendo sobrio y adecuado casi únicamente al mundo laboral.

Y es justamente una "trabajadora de la moda", además de un icono de la misma, la parisina Carine Roitfeld, quien saca del olvido, y de las oficinas aburridas, el conjunto de chaqueta y falda y lo hace tendencia otra vez, luciendo sus faldas lápiz con chaquetas entalladas del mismo tejido en los eventos más fashion y pasarelas de todo el mundo. Poco a poco, el famoso traje femenino, vuelve a aparecer en todas las pasarelas internacionales.

La dupla de diseñadores de la marca Proenza Schouler lanza la tendencia con conjuntos de chaquetas y faldas en tonos fuertes y mangas estructuradas que nos hacen pensar en Balenciaga. El diseñador Alber Elbaz, de la Maison francesa Lanvin, siempre en busca del eterno femenino, sello de Jeanne Lanvin, lo declina en todas las formas y materiales, con gran éxito. Su conjunto de falda y chaqueta en gris claro con detalle en pelo del mismo color ha hecho perder el sueño a más de una fashionista. También marcas como Carven, con un estilo mucho más desenfadado, han apostado por el tailleur, combinando chaquetas de inspiración militar y faldas más largas y asimétricas con detalles de cremalleras, todo un acierto del diseñador Guillaume Henri, según la revista francesa Be.

La tendencia ya ha llegado a las grandes cadenas y marcas como COS, Mango, Zara o Top Shop ya empiezan a traer conjuntos de chaquetas y faldas, emulando a las pasarelas.

Todo indica que el traje de chaqueta femenino vuelve a ser tendencia y ocupará las calles. De esa vez, acompañado por la falda, reivindicando quizás, una cierta feminidad en nuestro día a día. Mini o midi, ajustada o amplia, el nuevo tailleur permite todo. Femenino y plural.

Un poco de historia

A partir de finales del siglo XIX y principios del siglo XX se empiezan a notar grandes cambios en la moda femenina.

El feminismo, la urbanización de las ciudades y la práctica del deporte hacen evolucionar la moda femenina hacia una indumentaria más práctica.

Al principio, los "trajes femeninos" eran confeccionados con los mismos tejidos utilizados para la ropa masculina.

Es el inglés John Redfern quien crea el oficio de "sastre para damas" ya que la confección de tailleurs no era el trabajo de los couturiers de la época.

La fecha de la "invención" del tailleur, también es atribuida simbólicamente al diseñador ingles John Redfern, es 1885, aunque se han encontrado diseños suyos, que datan de 1870, ya con sus primeros "trajes para mujer".

1885 es también el año en el que el tailleur empieza a ser confeccionado en Francia.

Poco a poco deja de ser un atuendo para la práctica del deporte y pasa a ser utilizado también para el día.

El traje sastre femenino está históricamente relacionado con la liberación y la evolución del papel de la mujer en la sociedad.