En su "Mikipedia", el espectáculo de humor con el que este domingo regresa al Paraninfo de la Universidad de La Laguna, todo es posible. "Este es un mundo en el que cabe todo; un universo en el que existe un vacío legal difícil de llenar, pero en el que también se dan muchísimas oportunidades", comenta un humorista que se siente cómodo en Aguere. "Es una ciudad a la que vengo con frecuencia y en la que siempre fui bien recibido", agradece antes de desgranar sus contestaciones.

La red continúa siendo un tema de debate para los que hacen cultura, ¿no?

Sí que lo es, pero en el caso de "Mikipedia" se aborda desde la perspectiva de la cantidad de conocimientos que nos aporta una plataforma global en la que lógicamente no todo es verdad, o en la que un dato está sujeto a los intereses de las personas que utilizan la wikipedia.

¿Una "Mikipedia" en la que no sobra el buen humor?

Eso es algo que siempre busco en mis espectáculos; que el público olvide durante un rato los problemas con los que viene al teatro.

¿Pero buscar unas cuantas risas con la que está cayendo parece una misión imposible?

Este país tiene ganas de reír, aunque hay días en los que no hay fuerzas. Es verdad que la situación no acompaña, pero ese es un ejercicio muy recomendable para liberar la mente de tantas malas noticias. Eso sí, el público es sabio y sabe que no todo vale. Pero esa cuestión no está vinculada con el momento económico que vivimos sino con los gustos personales de la audiencia.

¿No tiene la sensación de que en el mundo del monólogo existe cierta saturación?

No creo que sea un problema de saturación. Más tiene que ver con la explicación anterior y una especie de criba natural: cuando no llegas no puedes hacer nada; el público decide por ti y te acaba eliminando. De nada sirve que te quieras quedar en un sitio en el que no tienes el apoyo de la audiencia.

¿Eso implica tener que reinventarse constantemente?

No sé si es un solo problema de reinventarse o de pensar rápido, pero lo cierto es que cuando la competencia aumenta hay que buscar soluciones.

¿Y el público quiere que los humoristas y monologuistas ejerzan de "acusación particular" de una sociedad en la que aún quedan muchas cosas oscuras por destapar?

Estamos en un ciclo próximo a unas elecciones y es normal que los ciudadanos quieran escuchar lo que ellos intuyen que está pasando y que muchas veces nadie les cuenta. Yo no hago análisis políticos de una situación, pero eso no quiere decir que en ocasiones toque un tema al que llego de forma involuntaria.

¿En qué medio se siente más cómodo?

En aquel en el que pueda llevar a cabo el proyecto que más me apetece. Cine, teatro o televisión son actividades que están conectadas entre sí, aunque cada una de ellas tengan sus particularidades.

En la España de hoy existen dos modelos televisivos que tienen cierto éxito: los programas llamados del corazón y los de tertulia política. ¿Dos realidades muy distintas?

En la televisión los contenidos rosas y los más ácidos son complementarios y se buscan entre sí. Ni todo es tan malo, ni todo es bueno.

¿Cuáles son sus referentes en el humor?

Yo no me identifico con nadie; solo trabajo para que el público acepte a Miki Nadal.