En una coyuntura tan indefinida, plagada de claroscuros y a la vista de un horizonte ciertamente desdibujado representa un gesto valiente y un evidente compromiso social la decisión de invertir esfuerzo, ideas, tiempo y, por supuesto capital en un proyecto, más aún si se trata de una iniciativa de carácter cultural. Tal circunstancia se debe recibir como un hecho especial, por lo insólito, y también desde su condición de elemento dinamizador.

La propuesta, impulsada por el Grupo Anaga, tiene naturaleza concreta, una singular sala multicultural ubicada frente al hotel Atlántida, en la zona de La Salle; nombre propio, IriArte, y fecha de nacimiento, anoche se presentaba en sociedad, mostrando una exposición colectiva, un "collage" de autores de diferentes orígenes, acaso como fundamento de su ideario: la apuesta por la diversidad. Hasta el 5 de diciembre se puede visitar la muestra, en horario de 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 horas, que exhibe obras de Marta von Poroszlay, Michaela Konrad, Raiben Goh, José A. López Ricardo y Alfonso Delgado.

Anoche, la performance "La Nave va", de Alfonso Delgado y Bárbara Lohe, con la música del DJ Jonay estrenó este espacio de 125 metros cuadrados, concebido como un lugar abierto al encuentro, al intercambio de ideas y experiencias, al disfrute y la reflexión, desde la música, la performance, la pintura...

La impulsora de esta propuesta, Arancha Gómez, sintetizaba con la frase "por amor al arte" la idea que ha movido esta iniciativa, de la que destacaba el propósito de "alejarse del modelo de galería de arte al uso", a partir de un proyecto. Así, subraya que más allá de las exposiciones, la programación va a poner un acento especial en el desarrollo de talleres de literatura, manualidades, dibujo y pintura..., en la idea de "dar vida" a un lugar que suele mirarse como algo detenido en el tiempo y con un carácter exclusivo, limitado a las personas consideradas "entendidas".

Con los nervios previos al estreno, Arancha asegura que lleva unos días sin parar, "pendiente de los más mínimos detalles, ultimando esto y lo otro", pero convencida de que la sala IriArte ofrece una nueva forma de mirar lo artístico, desde un concepto y un sentido propios, y además en una ciudad como Santa Cruz.

La disposición de los elementos conjugan el planteamiento de un proyecto original, con mesas de trabajo a la vista, de manera que cualquier persona pueda seguir las sesiones y unos sofás centrales, como puntos ideales para establecer un diálogo, disfrutar de un descanso o disponer de un punto de vista diferente. Con todo será la propia dinámica de la sala, como espacio vivo, la que vaya estableciendo transformaciones. Y por amor al arte.

Arancha Gómez

directora de iriarte