Fantasía e imaginación son dos cualidades muy enraizadas en la poética del artista canario Paco Juan Déniz (San Mateo, 1956), que presenta una colección integrada por una treintena de sus obras de distinto formato en la galería Magda Lázaro de Santa Cruz de Tenerife, donde permanecerán hasta el 12 de diciembre.

La muestra, que se podrá visitar de lunes a viernes, de 17:30 a 20:30 horas, refleja el hondo espíritu surrealista que preside toda su producción.

"Hay obras de distintas épocas que han sido realizadas en los últimos diez años. Hay parte de una serie que dediqué a la madre tierra, y juego con esa idea. Entonces, hay varios cuadros, bastantes, en los que aparece la esfera del mundo y en función de eso hago una historia", explicó el autor de una obra repleta de símbolos y detalles que hay que escudriñar uno a uno.

Este exponente del surrealismo canario, junto a Julio Viera, se considera un pintor comprometido, actitud que se detecta en los mensajes que encierran sus cuadros, pintados con acrílico u óleo sobre tabla, lienzo o papel.

"Son un poco críticos contra la falta de respeto por la naturaleza, juego con esa idea. Hay piezas que reflejan distintos momentos que hemos vivido y vivimos en este sentido. Pertenecen a distintas series, por ese motivo la exposición no tiene un título concreto, pero gira en torno a la amenaza del hombre a la naturaleza".

Déniz reconoció que se mueve en el campo del surrealismo, "pero un poco simbólico. Juego bastante con el simbolismo y siempre he estado un poco dentro de la escuela surrealista canaria, siguiendo un poco la trayectoria de Óscar Domínguez o Juan Ismael, al que conocí personalmente cuando era niño y comenté cosas con él", aunque su máximo referente es "El Bosco. Es un autor que me interesó bastante. Dentro del surrealismo también tengo bastante influencia del francés Ives Tanguy".

Durante las más de tres décadas de su vida dedicadas al arte, este soñador de ilusiones plásticas ha desarrollado un vocabulario propio de símbolos que pueblan sus composiciones pictóricas.

"Siempre juego con el simbolismo del sombrero, lo utilizo bastante, el reloj para jugar con el tiempo, los espejos, la esfera... Dependiendo del concepto del cuadro, juego con eso. Siempre quiero que mi obra tenga distintas lecturas. Puedes verlo a cierta distancia y te puede sugerir una determinada cosa, pero a medida que te aproximas al cuadro pues te puede sugerir más cosas. Es muy detallista", precisó.

Observar la obra de Paco Juan Déniz obliga a recorrer con pausa todos los elementos que la integran. Casi se puede afirmar que no tienen un foco de atención único, sino que se dispersan por toda la superficie del cuadro. "Lo que intento siempre es que el espectador se meta en la obra. De hecho, pocas veces la titulo. A nivel personal tiene título, pero cuando expongo me gusta más que el espectador investigue y llegue a sus conclusiones, que igual no tienen nada que ver con las mías, pero están ahí. Cuando le pones título la gente va buscando lo que yo digo, pero prefiero que busquen lo que el cuadro les diga".

En este sentido, aclaró que "a fin de cuentas quiero que mi obra tenga que ver con mis vivencias. Empecé muy joven, mi primera exposición fue con trece años, entonces tengo una deformación profesional, miro, veo todo desde un punto de vista pictórico. Paisajes, cosas, sentimientos, vivencias... También me ha interesado bastante aprender de otros artistas, como El Bosco, sobre todo por el contenido. Tuve la suerte de vivir cerca del Prado en una época y vi la obra de El Bosco muy de cerca. Asimismo, me interesan mucho las técnicas de otros autores. Antes pensaba que era autodidacta, pero no lo soy. He visto muchas exposiciones y me gusta ver y aprender de otros autores".

Una de las características de la pintura del autor grancanario es que está muy trabajada, porque para él "el arte encierra muchas cosas. Para mí una obra de arte conlleva elaboración, tiempo, trabajo, sensaciones..., muchas cosas".

Con respecto hacia donde camina su obra, en la que existen claras referencias a su tierra natal con la presencia del mar y de las islas, aseguró que "con el paso del tiempo vas notando que de hace treinta años hasta hoy ha habido una evolución técnica, además voy trabajando distintos campos. En estos momentos sé que me he acercado más a la abstracción. Ahora es la vez que más simbolismo hago, más realista de alguna manera".

Por último, comentó que va a realizar una nueva serie de óleos de pequeño formato en los que va a tocar más la abstracción, pero siempre dentro de su peculiar línea surrealista.