El singular cuarteto Abubukaka vuelve a las andadas con un nuevo montaje, "La familia tradicional", uno de sus peculiares "sketch" de diez minutos al que han estirado como un chicle hasta convertirlo en un montaje con un argumento que se alarga durante unos ochenta minutos. Esta obra fue estrenada ayer en el Auditorio de El Sauzal, donde hoy volverá a representarse, a partir de las 21:00 horas.

Según explicó uno de los componentes de la compañía, Amanhuy Calayanes, esta obra "está basada en un sketch que hizo Abubukaka hace tres años y lo dejamos de hacer con la idea de recuperarlo algún día como una obra completa".

Ese día ya ha llegado, y estos incondicionales aliados del humor, el sarcasmo, el cinismo, la sátira y la caricatura, entre otros calificativos que les caracterizan, han armado una obra que "es una parodia-sátira de las cuestiones de la España más profunda, desde el fascismo, que tuvimos con Tito Franco, como decimos nosotros, hasta cuestiones de problemas territoriales como siempre, y después, claro es una puerta abierta a meter temas más actuales, como el de Cataluña, el aborto", las primarias, las elecciones, las plataformas, entre otras reliquias sociales de este país de países.

"En el fondo, la idea es tratar un poco de la manera más paródica a la España más cañí", precisó Calayanes, "es una obra completa con una trama humorística, satírica, paródica y moralista, incluso".

El cachondeo presidirá todo el desarrollo de la pieza teatral en la que Amanhuy Calayanes hará de padre, Diego Lupiañez de madre, Carlos Pedrós será el niño pequeño y Víctor Buhara la niña adolescente. Todos ellos, aunque les falta el abuelo, desplegarán su ironía para dar su visión de una España con mucha fama. "Es ironía, hacer parodia, sátira, tiene momentos surrealistas, del teatro del absurdo y, evidentemente, es Abubukaka. Es uno de nuestros clásicos de hace tres años, la única diferencia es que es una obra de una hora y veinte minutos".

La escenografía en la que desplegará sus ocurrencias escénicas Abubukaka es muy simbólica. "Evoca un campo de concentración, con una especie de césped para hacer barbacoas. Es muy simbólica, no evoca una época muy concreta porque, aunque todos estos temas de los que estamos hablando vienen de largo, nos interesaba ponerlos en la actualidad. Es una alegoría como si fuera España. Es tan disparatada que se meten cosas de ahora y de antes con la intención de hablar de España históricamente en la actualidad. Creamos el panorama más idílico para nosotros para que tenga cabida todo ello".

El apartado del montaje ceñido a las cuestiones territoriales también incluye, como siempre, a Canarias. "Como buenos canarios de pura cepa que somos Canarias está presente tanto por la cuestión territorial como por la del petróleo; aunque en realidad es más de tendencia nacional, de todo el territorio, pero con unos cuantos apuntes autóctonos", precisó.

Ya son siete años desde que esta bomba escénica que es Abubukaka explotó en el panorama canario, tiempo en el que no ha cambiado su denominación de origen. "Tenemos más canas, pero siempre la línea de Abubukaka ha sido la crítica social, política, económica, la sátira. Siempre hemos cuidado el atrezzo, los complementos y una escenografía que sea caótica. Abubukaka somos bufones, siempre pretende clavar la agujita, una puntita, es como un pellizco".

Amanhuy Calayanes

miembro cofundador de la compañía abubukaka