Google es una multinacional de valores. Ofrece múltiples soluciones de productos y servicios y por ese motivo está concienciada la necesidad de favorecer la creación de comunidades relacionadas con la tecnología en todo el mundo. Andrés Leonardo Martínez estuvo hace unos días en Tenerife e impartió tres charlas con el objetivo de facilitar la transferencia de conocimiento tecnológico en diferentes ámbitos: un instituto, estudiantes universitarios y emprendedores de la isla.

¿En qué consiste su trabajo?

Formo parte de un equipo que trasladamos información sobre nuestras tecnologías a comunidades de desarrolladores externos. Recogemos experiencias que nos ayudan en esta labor de transferencia. Tenemos una aproximación por productos y otra por programas. Hay actividades dirigidas específicamente a mejorar el conocimiento de una tecnología específica, como Android o computación en la nube. También tenemos programas transversales, dirigidos a favorecer las comunidades de programadores. Por ejemplo, los grupos de desarrolladores de Google que es el motivo por el que estoy en la isla.

¿Por qué hay interés en crear comunidades de desarrolladores?

Somos una compañía que ofrece software de plataforma que pone en valor el ecosistema de desarrolladores que genera nuevos servicios utilizando nuestras capacidades tecnológicas. La labor de transferencia pasa por cursos para que los programadores mejoren sus conocimientos; la creación de comunidades de emprendedores a nivel mundial, con cursos específicos a nivel empresa; y también tenemos bonos gratuitos para que el emprendedor pueda desarrollar sus prototipos en nuestras plataformas con un coste nulo. Nuestras plataformas ofrecen modelos fremium que permiten empezar a utilizar los servicios de Google sin pagar. Esto permite que el emprendedor pueda poner en marcha su empresa sin desembolsar un céntimo.

En su trabajo visita diferentes regiones, ¿son diferentes entre sí las comunidades emprendedoras?

Observo que hay dos lugares en el mundo que tienen una característica propia: Silicon Valley y Tel Aviv. Los emprendedores del resto del mundo presentan más semejanzas entre si que diferencias. La situación que vivimos en España es bastante similar a la que ocurre en Francia, Italia o incluso Inglaterra. Aunque los componentes macroeconómicos tienen un impacto real. Por ejemplo, Londres es un centro financiero a nivel mundial y hace que sea más fácil encontrar capital.

Sin embargo, parece que la tecnología se encuentra a un lado y la empresa en el opuesto...

Según los datos de 2012 de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, España genera el 3% del impacto mundial en creación de propiedad intelectual científico-tecnológica. Un país que tiene una situación económica difícil. Ocupamos la décima posición. Si consultamos la posición en innovación, estamos pasamos a la posición trigesimoprimera. Es decir, hay un salto enorme entre producir ideas y conseguir que esos productos se conviertan en oportunidades de mercado. Este es un problema que afecta a regiones de todo el mundo y todos trabajamos en adaptar estrategias generales pero en algunos casos pueden tener influencias de mercados que no representan a España. Trabajamos en enseñar que la producción científico-tecnológica debe de desarrollar modelos de negocio más allá de la innovación.

¿Qué enseñó en el instituto de Santa Úrsula?

Modelos de colaboración. Desde que Richard Stallman iniciara su movimiento de software abierto y colaborativo no ha dejado de crecer. La sociedad ha demostrado ser capaz de potenciar más sus capacidades si colabora en red. En esta estructura internet no tiene provincias, todo es capital. Una persona aquí con un espíritu de colaboración puede contribuir a desarrollar una versión del sistema operativo GNU/Linux más potente.

¿Solo desarrollar...?

También beneficiarse de plataformas que le permitan aprender lo que hasta hace poco estaba de mano de los pocos que podían estudiar en una universidad. Hoy esos conocimientos de alta calidad son accesibles para todos y, en la gran mayoría de los casos, gratis. Contar a los chicos esta oportunidad es algo que les abre la mente. Les quita las limitaciones que a veces arrastramos. Por estar en una isla, en España, o incluso en Europa, creemos que hay ciertas cosas que no podemos hacer. Sin embargo, es curioso que si analizamos algunos de los proyectos más interesantes que han ocurrido en los últimos años en tecnología, buena parte de ellos han nacido en Europa.