Amontona escritos a mano, borradores de su próxima novela, porque António Lobo Antunes no trabaja con ordenador y su obra literaria está por encima de todo: "Si me dijesen que me daban cien años más de vida por mis libros, no aceptaría", aseguró el escritor portugués.

Tampoco tiene teléfono móvil ni acostumbra a salir mucho de casa. Aprecia los olores del hogar, por eso adora escribir en la cocina, reminiscencia de su feliz infancia, periodo que evoca en su obra "Sobolos Ríos que Vao" (Sobre los ríos que van), recientemente publicada en España por la editorial Penguin Random House.

"No es un libro autobiográfico", insiste el autor, quien lo escribió una vez superado un cáncer en 2007 y en el que un narrador evoca a sus padres, abuelos, amores y desamores en un estado de aturdimiento provocado por la anestesia y los medicamentos.