Cuando quedan unas horas para que mañana reciba en la gala de los Premios Gaudí un galardón en reconocimiento a su larga carrera profesional, la veterana actriz Julieta Serrano repasa en una entrevista su trayectoria y asevera que continúa teniendo ilusión "ensayar, trabajar, aprender".

Recién llegada de Alicante, donde ha representado "El malentendido", junto a Cayetana Guillén Cuervo, rememora que subió por primera vez a los escenarios en la década de los cincuenta y desde entonces no ha parado, combinando teatro, cine y televisión y trabajando con directores como Jaime de Armiñán o Pedro Almodóvar y al lado de otras actrices como Núria Espert.

Muy ilusionada por lo que acontecerá mañana por la noche en Barcelona, dice que lo que quiere ahora es estar tranquila para disfrutar al máximo el momento en el que se le entregue el Gaudí de Honor-Miquel Porter 2014 y así poder corresponder "a todo el cariño y afecto" que sienten hacia ella sus compañeros de profesión y el público en general.

A sus muy bien llevados 81 años, Julieta Serrano afirma que a lo largo de su vida ha tenido mucha suerte y recuerda que empezó a trabajar a los quince, con lo que tiene una asignatura pendiente. "Fui muy poco tiempo al colegio y mi cultura está basada en los libros y en la propia vida", arguye.

Antes de dar el paso hacia la profesionalidad e instalarse en Madrid, ciudad en la que reside desde hace más de cincuenta años, indica que estuvo pisando las tablas barcelonesas, forjándose como actriz.

"Ser actriz -subraya- es una complejidad. Permite tener en las manos una serie de partituras. Eso es lo divertido del oficio. Pasar de la tragedia al amor o al mimo. Ser actriz es una vocación, un sentido, muy vinculado, además, a tu manera de expresarte".

Originaria del barcelonés barrio del Poble Sec -igual que Joan Manuel Serrat- debutó en el celuloide en 1965 con la película "Secuestro en la ciudad", de Luis María Delgado, y es muy recordada por sus papeles en "Mi querida señorita", de Jaime de Armiñán, de 1972, y por sus interpretaciones en cinco películas de Pedro Almodóvar en los años ochenta y noventa.

En este punto, Serrano repasa que con el manchego estuvo en "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón", "Entre tinieblas", "Matador", "Mujeres al borde de un ataque de nervios" y "Átame".

El cine, a su juicio, da "una mayor proyección y mucha más popularidad que el teatro y, por ejemplo, fui muy reconocida por ''Mi querida señorita'' y también es muy significativa mi etapa con Almodóvar".

Para la actriz, una de las mejores interpretaciones de su trayectoria es, precisamente, la de la monja de "Entre tinieblas" y no olvida "Mujeres al borde de un ataque de nervios", que califica de filme clásico y mítico, que llevó al cine español a cruzar fronteras.

Señala que la última vez que habló con Almodóvar éste le dijo que algún día volverían a encontrarse y ella remata que: "Si las estrellas lo deciden, igual sí que volvemos a trabajar juntos".

Respecto a cómo ve el panorama cinematográfico actual, dice contundente que hay muchos directores jóvenes interesantes, "muy creativos e inteligentes" con los que no le importaría trabajar. "Estoy abierta a todos ellos", apostilla.

Preocupada por los efectos que está provocando la piratería en el sector, Julieta Serrano tampoco rehuye la crítica hacia las administraciones públicas por entender que mantienen "una actitud de bastante desprecio a la cultura, algo que parece que no les gusta mucho, aunque haya gente con muy buenos proyectos o se preparen series de televisión con un nivel fantástico, pero el sector no está nada protegido y apoyado".

Preguntada por nuevos proyectos, avanza que el próximo día 10 de febrero inicia los ensayos de "Éramos tres hermanas (Variaciones sobre Chéjov)", de José Sanchis Sinisterra, bajo la dirección de Carles Alfaro, para el Teatro de La Abadía, en coproducción con el Teatro Español.