El surrealismo ha vuelto. Y no lo digo solo por el rotundo éxito de la exposición de Salvador Dalí en el Museo Reina Sofía, en Madrid, donde miles de personas se acercaban a diario para conocer las obras del artista. Lo estoy viendo en las revistas, en los escaparates y por la calle. Yo misma no me he resistido y me he comprado una camisa de Moschino con una maravillosa estampa de ojos.

Y es que el espíritu inquieto del artista y del movimiento surrealista encaja a la perfección con el momento que estamos viviendo.

El movimiento surrealista empieza con la publicación del "Manifiesto Surrealista" por el francés André Breton en 1924. Breton creía que el período de posguerra necesitaba un nuevo arte, que indagara en lo más profundo del ser humano, plasmando por medio de imágenes simbólicas y abstractas la realidad más profunda del subconsciente.

Kenzo, Castelbajac, Moschino, Lanvin, Lulu Guinness y Paul Ka son algunos de los diseñadores y marcas que se han inspirado en el imaginario surrealista, donde nada es lo que parece y los símbolos juegan libremente, sin la interferencia de la realidad o del pensamiento racional.

La diseñadora italiana Elsa Schiaparelli fue la primera en recoger el universo surrealista en la moda, haciendo colaboraciones con el mismísimo Dalí. Schiaparelli transformó zapatos en sombreros, puso insectos en collares, brazaletes y botones de camisas y revolucionó la moda combinándola con el arte como pocos lo han osado hacer.

Uno de los símbolos más fuertes del surrealismo es el ojo. Esa puerta por donde entran las imágenes que almacenamos en nuestro subconsciente del mundo que nos rodea. En su colección para la actual temporada otoño/invierno, el japonés Kenzo ha jugado con los ojos estampándolos en sudaderas, vestidos, abrigos, faldas y hasta en zapatos. El resultado es una colección muy interesante, que invadió las calles y la revistas de moda. Aunque la gran mayoría siga relacionando Kenzo con la sudadera de tigre, que fue la fiebre de la pasada temporada, yo no la cambio por la sudadera negra del ojo que lució la top brasileña Gisele Bündchen: es fantástica.

También en los accesorios los ojos surrealistas han encontrado su lugar. El escaparate madrileño de la marca Paule Ka, del diseñador Francés Serge Cajfinger, no hace mucho enseñaba collares y pulseras de hacer volar la imaginación. Un collar con dos manos que te rodean el cuello, labios metálicos y ojos que te miran desde broches a collares son todo un guiño, nunca mejor dicho, al movimiento.

La marca de bolsos y accesorios Lulu Guinness se hizo famosa por sus clutches en forma de labios de varios colores y sus diseños divertidos. Ahora se unen a ellos el clutch en forma de ojo que lució la "it girl" Alexa Chung y que inmediatamente se transformó en objeto de deseo para las fashionistas. En su versión monedero la Hazel Eye ya es top de ventas de la marca.

Seguimos de ojos bien abiertos y ya vemos como, salidos del imaginario surrealista, los ojos ya llegan a las grandes cadenas de fast fashion.

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Más de 732.000 personas se han acercado al museo Reina Sofia para ver la exposición de Salvador Dalí, que ya venia del Francés Centro Georges Pompidou como una de las exposiciones más visitadas del centro, con 790.090 personas.

Salvador Dalí (1904 - 1989) fue tal vez el más extravagante del grupo de los surrealistas.

Sus cuadros son siempre inquietantes y su imagen más característica son los relojes blandos. El movimiento surrealista se extiende desde 1924 hasta prácticamente el final de la segunda guerra mundial. Fue fuertemente influenciado por las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud.