"La gente me sigue reconociendo por la calle como Fiti, el personaje que interpreté entre 2003 y 2009, en la serie de televisión Los Serrano. Muy pocos saben mi nombre verdadero y es algo que tengo asumido". Lo asegura el actor Antonio Molero (Ajofrín, Toledo, 1968), que cuenta con una sólida formación en el teatro, "el único arte escénico del que nunca podría prescindir", asegura. Molero comparte cartel con Maribel Verdú en la obra "El tipo de la tumba de al lado", que se estrena mañana en el teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife.

¿Cómo es Pablo, su personaje?

Pablo es un granjero, pero del siglo XXI. No se trata del típico campesino porque ni es un cateto, ni retrógrado ni inculto. Heredó una granja de su padre y vive con su madre hasta que esta muere de repente. Va cada día al cementerio y allí se encuentra con una joven viuda, Laura, que vela a su marido en la tumba de al lado. Al principio ni se miran ni se hablan, pero luego se desarrolla una trama divertida, en clave de comedia, pero con mensaje de fondo.

¿Qué tal con Maribel Verdú?

Muy bien. Elegimos trabajar juntos porque nos hicimos muy amigos durante la gira de casi dos años con el montaje "Un Dios salvaje". Hay "feeling" y eso es clave porque son muchas horas juntos.

En Las Palmas coincidieron con la final de la Eurocopa de fútbol.

Tenía el corazón partido porque fútbol y teatro son mis dos grandes pasiones. Quedamos contentos con las cuatrocientas personas del último día. Nos fuimos todos corriendo a ver la segunda parte.

¿Cada público es distinto?

Sí, es curioso, pero verdad. Te das cuanta a medida que viajas por España. Maribel Verdú, que tiene un libro de bitácora con restaurantes, hoteles o rutas, te dice cuando llegas a un sitio: "Este es un público...". Y siempre acierta.

La televisión le dio popularidad, su formación es teatral y también ha hecho cine. Por tanto, ¿cine, teatro o televisión?

Pienso en que no me falte el trabajo y poder dedicarme a actuar hasta que me muera. Digo que podría prescindir del cine o de la televisión, pero nunca del teatro.

¿Le costó "sobrevivir" a Fiti?

Me siguen parando por la calle como si fuera Fructuoso, o sea, Fiti, y me recuerdan aquello de "mayormente". De cada cien personas, ochenta y cinco no saben mi nombre verdadero, pero reconocen a Fiti. Lo tengo asumido, estoy agradecido al personaje y superarlo es cuestión de tiempo y trabajo.

Usted parece una persona muy normal. ¿Ese es su secreto?

Lo que intento es normalizar mi vida y no ser siempre el actor. Soy como soy, aunque mi profesión fuera camionero. No me gusta ir de actor por la vida porque lo veo un trabajo como otro. Es posible que esa normalidad me ayude en los papeles que hago, pero la naturalidad que tanto gusta al público es algo muy difícil de lograr.

¿Cree seguir la estela de una gran generación de cómicos?

Solo haber tenido el privilegio de trabajar con algunos de ellos o que la prensa diga que hemos tomado el relevo de esos maestros supone un enorme orgullo. Les admiro por haber sido actores de oficio capaces de tener dos frases o diez. De esos personajes característicos hay muchos ejemplos como los "monstruos" Manuel Aleixandre o Alfredo Landa por nombrar solo a dos. Yo soy más de Sancho que de don Quijote. Me quedo más con el pueblo, lleno de personajes vivos y en contacto con la tierra, que con las clases altas.

¿Más cómodo en la comedia?

Me fui, o mejor, "me fueron" decantando hacia ella. Hay gente con más facilidad para el humor y grandes actores que no tienen eso que llaman vis cómica. Lo más bonito es hacer reír a la gente y ahora que está tan baja de moral adquiere aún una mayor importancia. Espero que los gobernantes valoren nuestra labor y no nos sigan recortando o encareciendo el precio de los espectáculos.

¿Qué opina del compromiso público de los actores?

He preferido no demostrarlo, salvo en casos excepcionales como la guerra de Irak, pero se lo agradezco a los compañeros que lo hacen. Quiero manifestarme más como ciudadano que como actor. Del 15-M me encantó el anonimato de la gente porque esa es la revolución que me interesa.

Series como "Águila Roja", de TVE y en la que usted participa, corren el riesgo de desaparecer.

Me parece muy mal. Hay gira para rato, luego estaremos varios meses en Madrid y no me faltará trabajo, pero la incertidumbre respecto a los proyectos televisivos es enorme. Todo está parado, y aunque estudio algunas cosas, mejor ni hablar de ellas por si acaso.