Esta noche ofrece en el Búho Club de La Laguna -a las 21:30 horas- un concierto acústico en el que va a estar acompañada por los músicos Cristian Rodrigo (batería), el tinerfeño Pablo Cebrián (guitarra) y Julián Kanesvky (guitarra). Conchita, nacida en Helsinki hace 32 años, confiesa que con "Zapatos nuevos", su tercer proyecto discográfico, ha querido romper con su etapa de cantautora para acercarse a un concepto que gira en torno al trabajo que se hace en una banda de música.

¿Cómo está llevando esta crisis?

Los artistas conocemos bien lo que es estar en crisis antes de que la sociedad sintiera sus efectos... En realidad, siempre hemos vivido en crisis y no queda otra que trabajar y tratar de hacer buenos discos.

¿Esa crisis artística se agudiza cuando se ha optado por la canción de autor?

Puede ser que la profesión de cantautor se siga viendo en este país con unas connotaciones negativas, pero yo no creo en ese tipo de clasificaciones. Rosendo, por ejemplo, es un cantautor que se mueve en una onda muy diferente a la de los cantautores. Ahora mismo no me apetece estar en el bando de los cantautores. No es que renuncie al lugar en el que me he movido en los últimos diez años, sino que mi último disco va en otra dirección.

¿Ya no se sentía cómoda en ese registro?

No es eso. Lo que diga la gente de mí es algo que no condiciona mi creatividad, pero es que ahora no me apetecía sonar a cantautor sino a banda. He tenido que reinventar mi música porque estaba muy aburrida de ella.

¿Y está satisfecha con el resultado del cambio?

Hacía tiempo que tenía claro que debía hacer algo distinto, que ya tenía que tocar otros palos musicales. Es un cambio buscado en el que estoy muy cómoda, aunque en muchas ocasiones me sienta algo extraña en los escenarios. No voy a desligarme nunca de mis orígenes, pero estoy satisfecha con el resultado de este disco.

¿Decidió evolucionar por miedo a ser una moda pasajera?

Nunca me he sentido así... Lo de reinventarse es algo positivo siempre y cuando no tenga como única finalidad la de generar algo novedoso en un trabajo discográfico, ya que eso es algo que no se puede demostrar luego en el directo. Yo no soy la misma Conchita de hace diez años, ni todo lo que me rodea está igual que el día que lo conocí. Esto es tan sencillo como ver que ya no estás en un lugar y, por lo tanto, tienes que evolucionar e ir a por nuevos retos profesionales.

Conchita fue considerada como una de las artistas revelaciones de este país en los años 2007 y 2008; ¿cree que la etapa por la que está apostando volverá a ser tan positiva?

Yo no me detengo en exceso a analizar en qué momento se encuentra mi carrera; prefiero mirar hacia delante y abordar unos proyectos que me permitan desarrollar todas mis habilidades musicales. Durante todo este tiempo me he sentido una privilegiada por trabajar al lado de grandes artistas, pero cuando te dedicas a esto sabes que tienes que luchar mucho por conseguir tu espacio. Cuando las cosas van demasiado rápido no tienes tiempo de pararte a pensar y te dejas llevar por el éxito. Con el tercer disco busqué una ruptura que no solo afectó a unas formas musicales, sino que modificaron mi entorno artístico.