Confiesa que "la música es la alegría cantada" y él ya lleva casi tres décadas repartiendo canciones por todo el mundo. Juan Luis Guerra (1957) y su banda 4.40 actúan esta noche, a partir de las 21:00 horas, en el Campo Municipal de Fútbol Anexo al Antonio Domínguez de Los Cristianos. El cantante dominicano regresa a Canarias en plena promoción del álbum "Colección Cristiana", su vigesimoquinto trabajo discográfico desde su estreno con "Soplando".

Ganador de 18 Grammys -tres de los cuales se los dio la academia norteamericana-, el cantante, compositor, arreglista y productor que logró que lloviera café (1989) declaró a Efe antes de aterrizar en el Archipiélago que "mi bachata es rosa, es más suave y suena diferente a la tradicional de República Dominicana", reveló un artista que ha coqueteado con géneros musicales tan variados como el jazz, la salsa, la balada, la bachata, el góspel, el merengue, el rock alternativo o el blues. Y es que Juan Luis Guerra es una especie de coctelera de ritmos que ha marcado sus únicas paradas españolas dentro de su gira europea en las capitales canarias: anoche actuó en Las Palmas.

El giro evangélico

"Colección cristiana" es un álbum que se sitúa en las antípodas de su exitoso "Bachata rosa", un trabajo en el que Guerra destila vivencias que están muy cercanas a la decisión que tomó cuando se convirtió al cristianismo evangélico. En ese sentido, confiesa: "Dios es mi inspiración, de él sale el amor", en relación a un cambio de registro que no lo ha alejado de la vena romántica que le imprimió a composiciones tan reconocidas a nivel mundial como "Visa para un sueño", "Woman del callao" o "Burbujas de amor"...

Amante confeso del estilo de los Beatles, Guerra no pierde la ocasión para desvelar que una de sus asignaturas pendientes, o simplemente un deseo público, es poder seguir haciendo música, componer para el mundo del cine y realizar alguna colaboración con el mítico Paul McCartney. "Crecí bajo sus influencias musicales", reconoce.

Colaborador de Juanes en la edición del disco "MTV Unplugged", Juan Luis Guerra reconoció a Efe que "mis conciertos son un ejemplo de la alegría que quiero transmitir con la música... una fiesta en la que los asistentes participan bailando o tarareando letras como La travesía, La guagua u Ojalá llueva café...", enumera un creador que ingresó en el Berklee College of Music de Boston para empezar a moldear su armadura de compositor.

Guerra admitió a su llegada a Canarias que "estoy contento de mi reencuentro con una tierra en la que voy a recordar éxitos del pasado", dijo sobre la enorme lista de superéxitos que jalonan una carrera llena de alianzas con artistas latinos y acciones solidarias. "La espiritualidad es lo que me hace estar bien y en armonía, antes estaba desordenado", apunta sobre unas convicciones religiosas a las que no está dispuesto a renunciar, por muchas barreras que puedan crecer entre él y sus leales seguidores.

Corazón solidario

Persona de perfil tímido, Juan Luis

Guerra siempre ha dado un paso al frente cuando se necesitó su voz para una causa solidaria. De hecho, el nombre de su banda es el escaparate de la "Fundación 440", una organización que ayuda a los más necesitados de la República Dominicana.

Hace cuatro años, por ejemplo, dijo sí a su participación en una cita musical solidaria que se organizó en la frontera de Colombia y Venezuela que tenía como finalidad defender la paz en la zona. En aquel concierto coincidió con personalidades artísticas como Miguel Bosé, Carlos Vives, Juanes, Juan Fernando Velasco, Ricardo Montaner o Alejandro Sanz.

Embajador de buena voluntad de la UNESCO en América Latina, otro de los guiños filantrópicos de Guerra está ligada a la catástrofe de Haití. De hecho, los fondos que se han recaudado con la composición "Song hope of Haití" se destinarán a la apertura de un centro sanitario en Haití. Igualmente, es uno de los abanderados de un programa especial centrado en la educación de los niños dominicanos. "Es una vieja reivindicación que parece que vamos a conseguir", puntualiza antes de aterrizar en las Islas.

Guerra y los músicos de 4.40 se reúnen tras un distanciamiento pactado en el que el músico quiso ir en solitario: "Venimos a tocar los temas de ahora y los éxitos de toda la vida", incide un creador que no le da la espalda a la crisis: "Está bien que la gente salga a la calle y luche", expresa sobre el movimiento 15M, una plataforma que, según él, puede alcanzar su recompensa. "Al final todo llega, solo es necesario estar y saber esperar", reivindica en torno a una inestabilidad económica que espera que sea pasajera. "Lo mejor está aún por llegar".

A Tenerife vuelve -hace cuatro años que no actúa en Canarias- un artista acompañado por 16 músicos que parece estar en paz consigo mismo. Un compositor que, sin desligarse de los ingredientes que tanto prestigio le ha dado a su bachata, se muestra más cercano a una espiritualidad que plasma en los siete temas nuevos de "Colección Cristiana". La imagen que irradia en el videoclip de "En el cielo no hay hospital" es la prueba irrefutable de que su romanticismo se puede fusionar con una vocación religiosa para seguir alimentando una carrera memorable.