DE LA TIERRA de lo puro o tierra de pureza, del reino de Mohenyó Daro, de Choudhary Rahmat Ali, de Pakistán, es nuestra protagonista de hoy: Syeda Henna Babar Ali.

Eminente poetisa, es profesora en el instituto Ali de Educación, en Lahore. Su obra poética ahonda en la espiritualidad, lo filosófico, expresando sus sentimientos con un lenguaje claro y conciso, pintando a través de la palabra bosquejos de la realidad de ese Pakistán multicultural que atesora un rico vestigio arqueológico. Incansable lectora, sus retinas han libado en los textos de prestigiosos escritores pakistaníes como Eqbal Ahmad, Tariq Ali, Ifti Nasim, Nasir al-Din Nasir Hunzai, Noon Meem Rashid, Sachal Sarmast, Tahir ul Qadri...

Syeda Henna Babar Ali es presidenta del PEN Club de escritores de su país, donde anima a jóvenes escritores a amar la palabra, a comunicarse y expresarse a través de ella, para que afloren todas las inquietudes que les anidan y plasmarlo mediante algún género literario. En su haber tiene cinco poemarios: "El sol mojado", "El diálogo en la medianoche", "Sueño y realidad", "El sendero luminoso" y "Una rosa". Su quehacer literario se ha visto impreso en importantes rotativos como Asiaweek, Mindus Artium, Connexions, Revista de Literatura de la Commonwealth, en el Times de Pakistán, etc. Entre los premios recibidos, el Houghton, Mejor Poeta en Lengua inglesa, Bolan Cultural de la Academia y la Medalla de Oro Fátima Jinnah, por su inagotable aportación a las letras.

Syeda Henna Babar Ali, además de poeta, es compositora y muchas de sus melodías han servido para acompañar películas, a la misma palabra o interpretarse en los escenarios más prestigiosos del mundo.

Concluyo este modesto esbozo de esta personalidad de las letras de Pakistán con su poema titulado "Mi país". Dice: "Mi país corre como un incansable atleta / y muchos puestos de gobierno, / como un coche de segunda mano. / La mano que guía a los débiles / sostiene una espada / y no es el silencio. / El mundo se derrumba / y todo lo que nos rodea con nosotros. / Y nos sentamos en los escombros / mientras el tiempo pasa. / ¿Dónde está el momento / para pensar en el amor?... / El verdugo viene a degollarte / y ahora es mi turno para la horca. / Mi país se ha visto consolado / con medias promesas / y la polilla apolilla las esperanzas / que vinieron de lo alto. / Mi país está infectado. / Lo contaminan desde el cielo hasta el suelo / con insecticidas y pesticidas. / Ello traerá el cáncer a nuestros hijos... / La miseria y la pobreza cohabitan juntas. / ¿Y dónde está el futuro ansiado? / ¿Quizás desgastado, carcomido? / Vislumbro agujero en el descontento / y el paraíso perdido sigue siendo una realidad, una constante...".