"Después de veintidós años en Madrid necesitaba cambiar y volver a mi tierra. Pretendo que la isla sea una base para desarrollar proyectos artísticos dentro y fuera". Lo asegura la actriz tinerfeña Silvia de Esteban que el pasado sábado estrenó en el teatro Guimerá de Santa Cruz, su ciudad natal, la obra "Las mujeres son cosa de mujeres y los hombres también". De Esteban prepara "con la máxima ilusión" el proyecto de un centro de enseñanza en disciplinas relacionadas con el arte. "Quiero que sea un lugar de encuentro para los artistas de todos los campos", explica.

¿Cuál es el mensaje de "Las mujeres son de las mujeres...?

Recordar que la violencia de género está ahí sin una visión panfletaria ni reivindicativa. Y afecta todo tipo de mujeres. Mimi (Carmen Cabeza) es una peluquera de barrio decidida y divertida, y Marga, mi personaje, una abogada que no parece dar el perfil de maltratada. Pero cualquier mujer puede pasar ese calvario.Hemos avanzado, pero queda por hacer porque en muchos países es algo arraigado en la sociedad machista y ni siquiera se le considera maltrato. Veo fundamental la educación en la casa, sobre todo de las madres con sus hijos.

¿Cómo, cuándo y por qué se involucró en este proyecto?

Vine en febrero para otra cosa. Carmen Cabeza y yo somos amigas desde la infancia, me presentó a Antonio Cifo y este me ofreció el personaje. Quiero montar aquí un centro de arte para tener la isla como base de las ofertas que puedan surgir en la Península o Miami, donde tengo contactos. Estrenar en el Guimerá, donde actué de niña, ha sido especial.

Modelo, miss, actriz, diseñadora de vestuario...

Diseñadora no, más bien responsable del vestuario. De las facetas de miss y modelo hace años que me despedí, aunque siempre quedó una visión estética y de imagen sobre el escenario que mantengo.

¿Más de veinte años en Madrid dan para mucho?

Sí, y pasan muy rápido. Parece que me fui ayer. He sentido la necesidad de volver y mostrar lo que he visto y me apasiona del teatro. Entonces la isla me agobiaba, pero ahora -será por la edad (risas)- vuelvo porque esta calidad de vida no se tiene en Madrid, una ciudad triste y gris en los últimos años.

¿Qué opina de la televisión?

He tenido la fortuna de participar en series como "Periodistas" "Los Serrano", "Un paso adelante", "Aquí no hay quien viva" o "Sin tetas no hay paraíso". La televisión es un arma de doble filo. Da popularidad y abre vías, pero hace pensar que solo existes si sales en ella. Además, el intrusismo ha hecho mucho daño. Actores buenísimos se pasan la vida en salas pequeñas y otros que salen dos veces en la tele ya se lo creen. Y también están los que solo saben hacer de sí mismos y eso no es ser un actor.

¿Hay que aparecer en la prensa rosa para ser "alguien"?

He estado en ese circuito, pero era todo más suave y respetuoso. Ese mundo me agobió y me alejé para ser yo, además de dedicarme a mi vocación cuando se olvidaron de mí. Cambié de rumbo porque era duro no tener vida privada, así que no creo que para ser actriz haya que salir en el papel cuché.

¿Afecta la crisis?

Afecta a las programaciones y a la financiación de proyectos, pero los actores estamos acostumbrados a algo que ayuda a crear y a agudizar el ingenio. Es duro y se pasa mal, pero sacamos los recursos.

Usted fue Miss Internacional. ¿Le ayudó ganar el título?

Me permitió viajar y conocer gente, lo cual me enriqueció como persona.La mujer decide cuándo y para qué exponerse. Nunca me sentí un objeto, sino que utilicé el certamen para mis objetivos. Estoy un poco harta de tener que demostrar a todas horas que no soy tonta.