"No hay motivos para el optimismo en esta coyuntura socioeconómica, pero nadie me va a impedir seguir caminando y subirme a un escenario hasta que sea posible". Lo asegura con rotundidad la actriz Lola Herrera (Valladolid, 1935), una de la grandes damas de la escena española, con más de cincuenta años de trayectoria profesional. La encumbró el personaje de Carmen Sotillo en "Cinco horas con Mario", pero, además de en teatro, ha destacado en el cine y la televisión, sin olvidar que también fue la voz de Liv Ullman o Jane Fonda. Este mismo año ha hecho pública su faceta de diseñadora de modas porque esta mujer luchadora mantiene viva como el primer día la llama de la ilusión por hacer lo que le gusta. El próximo viernes estrena en el teatro Guimerá de Santa Cruz "Querida Matilde", una comedia muy divertida con la que, garantiza, "el público canario se lo va a pasar muy bien".

¿Cómo es esta obra y en concreto su personaje?

Aunque toca temas serios está llena de un humor que lo tamiza todo. Cuenta la historia de unos seres humanos que han hecho lo que han podido en su camino. Yo soy Matilde, una mujer mayor, algo manipuladora y loca, pero sobre todo divertida que ha luchado en la medida de lo posible en la época que le ha tocado vivir. Estoy muy tranquila con mi hija (Ana Labordeta), pero aparece alguien del pasado (Daniel Freire) y a partir de ahí se desarrolla todo. Son tres personajes preciosos, muy equilibrados, en una trama llena de situaciones divertidas.

¿Había actuado antes en el teatro Guimerá?

Cómo no, si ya tengo cien años (risas). He venido muchas veces porque son ya casi 53 años de carrera y me he recorrido España de cabo a rabo. Espero como siempre un público cálido con el actor y que entiende de teatro. Les animo a acudir porque garantizo que se lo van a pasar muy bien.

El montaje se estrenó hace ya un año. ¿Ha habido algún tipo de evolución o de cambios?

Las obras se recolocan y con el tiempo se van ubicando en su sitio. Nunca es la misma función porque el teatro siempre está en movimiento, pero no se debe modificar mucho una vez que esté reposado.

¿Cómo valora la situación de crisis del país? ¿Es optimista?

No se puede ser optimista cuando no te dejan respirar y todo el mundo opina, de dentro y de fuera. Los que tenemos trabajo lo podemos aguantar pero vete a decirle algo a los parados. Vivimos en un mundo de absoluta crueldad en el que unos países machacan a otros y determinados sectores a los de abajo.Hay desánimo, pero soy de las de seguir andando y nadie me va a impedir caminar o me hará pararme. Voy a subirme al escenario hasta cuando sea posible.

Pero la gente llena los teatros.

Ya pasó en Argentina durante la época del "corralito". Siempre es necesaria una válvula de escape y la podemos ofrecer al menos el tiempo que dure la función.

¿Cuál es la clave para seguir saliendo a escena cada día?

Lo que hay que mantener siempre son las ganas de salir al escenario, el amor y la pasión por lo que haces. El teatro es parte de mi vida. No tengo ya la energía de los treinta años, pero lo llevo bien.

¿La profesión de actor ha cambiado mucho?

Antes éramos muy pocos y los padres no querían que sus hijos fueran actores por la mala reputación, era lo peor de lo peor. Ahora es al revés y son miles los chicos que quieren dedicarse a esto. Habrá quien valga y quien no porque hay mucha hojarasca y limpiar la hojarasca siempre cuesta.

¿Qué opina de la implicación pública de la gente de la cultura?

Estoy de acuerdo. Somos personas, tenemos opiniones y el derecho a expresarlas como queramos porque vivimos en una democracia.

¿Queda ya lejos "Cinco horas con Mario"? ¿Qué recuerda de su autor y paisano, Miguel Delibes, fallecido hace ya dos años?

El monólogo queda más bien lejísimos (risas). Es un gran texto que se sigue representando tantos años después (se estrenó en 1979). Miguel era especial, un gran escritor, pero sobre todo un amigo. Nos queda su literatura y su memoria.

¿Cuáles son sus próximos proyectos? ¿Volverá a televisión donde lo último que hizo fue "Las chicas de oro"?

Ahora seguir con esta obra hasta final de año. Hace poco que empecé en el diseño de moda, aunque siempre me he hecho mi propia ropa, junto a mi hijo Daniel (la marca se llama Bababa). Lo de televisión depende de si me llaman y me interesa el proyecto.