"El público de Tenerife ha entendido casi desde la primera escena el auténtico sentido de la versión de Madame Bovary que hemos traído a la isla. Se han resaltado algunos elementos de humor que ya estaban en la novela y la gente lo ha asimilado muy rápido. Eso demuestra su nivel. Si a ello se une el cariño mostrado y la ovación final que siempre alimenta a los actores, es para estar a gusto, aunque arrastro una fuerte gripe que me ha afectado a la voz durante la función". Es la valoración de la actriz Ana Torrent (Madrid, 1966) sobre el estreno el pasado viernes en el teatro Guimerá de la versión del clásico del escritor francés Gustave Flaubert (1821-1880), obra que se despidió ayer de la isla. Para Torrent es la historia de una mujer que "nunca se rinde, aunque termine suicidándose".

La que fuera protagonista de películas tan emblemáticas en el cine español como "El espíritu de la colmena" o "Tesis" piensa que el texto de Flaubert, "tiene hoy más actualidad y vigencia que nunca porque muestra a una protagonista, Emma, que lucha hasta el final por hacer lo que quiere y no se aceptaba en la época que le tocó vivir: leer, vestir como un hombre o practicar sexo".

Ana ahonda en su personaje: "Ella está insatisfecha y va por un camino equivocado Resulta incapaz de manejar su vida. Busca sentir lo que ha soñado y leído en las novelas, pero no consigue ser feliz porque todo lo que intenta se le viene abajo y afronta una huida hacia adelante. Sabe que si vuelve su marido la perdonará, pero no quiere. Está de actualidad porque muchas mujeres se equivocan y su vida pasa sin que sean felices. Emma era la rara a mitad del siglo XIX, mientras que sus maridos y sus amantes cumplían con la normalidad para la moral".

"Leí la novela hace veinte años y lo he vuelto a hacer ahora", señala Torrent, porque, "aunque hay que olvidar el original para centrarse en la versión, me interesaba recabar ideas sobre Emma".

Torrent valora así la adaptación de Emilio Hernández y la dirección de la también actriz Magüi Mira: "Lo que se ha hecho es seleccionar lo más importante de la historia. Emilio la ha condensado con unos recursos escénicos sencillos: una cama, un piano, sillas y alfombras. En diez escenas contamos lo que serían unos ocho años de la vida de madame Bovary. Los cambios de luces y la orientación de los personajes sobre el escenario son suficientes para lograr el efecto del paso del tiempo, que se ha resuelto muy bien".

Sobre Magüi Mira apunta: "Hace tiempo que queríamos trabajar juntas y no había podido ser. Por fin lo hemos conseguido y hay una complicidad que ha facilitado la labor".

Este montaje llega para Ana Torrent después de once años sin subirse al escenario, "porque o bien no podía por las fechas, ya que el teatro necesita mucha dedicación, o no me interesó lo que me propusieron". La actriz se reencontró con las tablas el pasado mes diciembre en Alicante cuando se estrenó "Madame Bovary". Luego la obra pasó por Madrid y la gira posterior la ha traído a Tenerife, "donde nunca había actuado antes", asegura Torrent.

"Puede ser que se esté dando un retorno a los textos clásicos -reflexiona la actriz- porque son una garantía en estos tiempos complicados, pero no creo que Magüi (Mira) haya afrontado este proyecto por eso sino porque siempre estuvo enamorada del personaje. Uno se imagina otro tipo de mujer, más volátil y con el estereotipo de la época romántica, pero ella ha apostado por la fortaleza interior".

Un perfil característico

Ana Torrent es uno de los rostros más conocidos de la escena española. Pese a ser una actriz de largo recorrido solo ha filmado veinticuatro largometrajes. Del primero, "El espíritu de la colmena", que rodó con apenas siete años a las órdenes de Víctor Erice, recuerda que la eligieron por puro azar después de recorrer los colegios de Madrid en busca de una niña que diera el perfil. "La película la entendí con los años. Mi recuerdo del rodaje es haber salido corriendo cuando tuve enfrente a Frankenstein porque no tuvieron el detalle de permitirme ver cómo se maquillaba el actor sino mostrarme directamente al monstruo. Les costó encontrarme y hubo que suspenderlo todo hasta que consiguieron tranquilizarme".

"No me reconozco en un perfil de fragilidad -asegura Ana- pero es posible que exista un contraste con los personajes porque la mayoría de los que he interpretado poseen una gran fuerza interior".

Cuestionada sobre la influencia de los directores con quienes ha trabajado -además de Erice y Amenábar en "Tesis", Saura, Julio Medem o Peter Greeneway- señala: "De todos he aprendido y me han influido. De Víctor o Alejandro, que espero me vuelva a llamar, me considero amiga. Creo que he tenido la suerte de elegir bien los papeles porque he participado en algunas películas que no dejan a nadie indiferente".

"¿Sector, qué sector?" -ironiza Ana Torrent al ser cuestionada por la cultura en España-. "Habrá que reinventarse porque prácticamente no hay financiación para nada. Estoy dispuesta a trabajar en lo que sea, cortometrajes o pequeños proyectos destinados a internet, si la propuesta es interesante. Incluso, hemos hablado entre compañeros de intentar algo colectivo en este ámbito. Algo hay que hacer, eran necesarios los ajustes, pero lo que ha quedado es un desierto casi absoluto".

Ana Torrent ha hecho algún escarceo televisivo, pero "la audiencia no respondió".

"Otras veces no me interesó la propuesta -aclara-. En ese medio existe una frivolidad recurrente y mucha prisa por hacerse famoso. Casi te conviertes en un producto de usar y tirar. Y algunos se llaman actores sin formarse, sin aprender, sin trabajar el papel y sin baquetearse sobre un escenario. Deberíamos mirarnos en el espejo de los cómicos españoles de la postguerra que triunfaron exclusivamente por su trabajo, casi siempre en las peores condiciones".

Ana Torrent concluye con su visión del teatro: "Nos desgastamos, nos dejamos la piel y los damos todo. Creo que el público lo reconoce con su aplauso, que nos llena y nos sabe siempre como la primera vez. Emocionar al espectador y llevarle por un viaje de dos horas para que se alivie de los problemas cotidianos es el trabajo más maravilloso del mundo".