El jardín de la Casa de José Zorrilla de Valladolid acoge este sábado la lectura pública dramatizada del ''Don Juan Tenorio'', en el 168 aniversario de su creación, según informaron a Europa Press fuentes de la organización.

La lectura se desarrollará entre las 11.00 y las 14.00 horas aproximadamente, será abierta por la concejal de Cultura, Comercio y Turismo del Ayuntamiento y en su transcurso todas aquellas personas que deseen meterse en uno de los personajes de la inmortal obra tendrán la oportunidad de leer parte de la misma, dando la réplica a los ''Amigos del Teatro'', para lo cual deberán estar inscritas. La inscripción se llevará a cabo en el horario habitual de la Casa de Zorrilla.

Por su parte, aquellas personas que deseen escuchar la lectura dramatizada del Tenorio sin participar en la misma podrán hacerlo hasta completar el aforo sin necesidad de inscripción.

Cuando Zorrilla escribió la que iba a ser su obra inmortal en 1844, ''Don Juan Tenorio'', sus pretensiones eran tan moderadas que se conformaba con saldar el compromiso tácito que tenía por "contrato" con el Teatro de la Cruz mediante la entrega de dicha obra, que si bien era una refundición de ''El Burlador de Sevilla'', de Tirso de Molina, no era menos cierto que la obra que un autor de 27 años había confeccionado en veintiún días, en el cénit del romanticismo, superaba con creces no sólo al protagonista de la emulada sino a todos aquellos Tenorios que ha sembrado la literatura a lo ancho y a lo largo de la geografía y del tiempo.

Probablemente en el matiz no pagano del personaje, capaz de ser redimido por amor, junto a otros contradictorios caracteres que hicieron del villano un seductor y del calavera, un arrepentido, se halle la preeminencia de esta obra que ha transcendido al mito colocándola para siempre en el imaginario colectivo de todos los españoles.

Zorrilla no calculó la trascendencia de esta obra, cuyos derechos vendió a editor Manuel Delgado por 4.200 reales de vellón y que desprestigió de forma ostensible durante toda su vida: "Yo creo en consecuencia que mi Don Juan es el mayor disparate que se ha escrito", lamentó el escritor, quien además soportó el peso de la fama: "Mi Don Juan no me deja ni envejecer ni morir. Es al mismo tiempo mi título de nobleza y mi patente de pobre de solemnidad".