"El gitano es un pueblo viajero desde tiempos inmemoriales que, partiendo de India, donde tiene su origen, extendió su cultura por todo el mundo con la música como baluarte fundamental. De aquel largo camino, tanto físico como simbólico, del que surgieron el cante y el baile actuales trata Flamenco y arena, concebido como un viaje por la evolución de este arte". Lo asegura el bailaor y productor malagueño afincado en la isla Antonio de Verónica, que trae este espectáculo al teatro Guimerá el próximo viernes, a partir de las 21:00 horas, en una única función.

¿Qué pretende ofrecer al público con "Flamenco y arena"?

De la combinación entre el cante y el baile con la arena de los caminos de los nómadas gitanos sale una tradición cultural que se ha mantenido viva en el arte flamenco. Por esa vía nos moveremos sobre el escenario con la ayuda de los tangos, las soleás, las bulerías o el ancestral martinete en una alternancia de bailes en grupo y de solistas. La culminación será un fin de fiesta en el que el público se sentirá partícipe y seguro que se hará notar. En cada función la emoción se comparte entre espectadores y artistas.

¿Es una oferta renovadora o la intención es mantener la esencia del flamenco más puro?

Un poco de las dos cosas. Está claro el respeto máximo de partida por la raíz y la autenticidad. A eso hay que sumarle los talentos individuales de los artistas y la pasión que hace del flamenco un arte vivo. Además, la familia Sánchez Cortés lleva la marca de la herencia, algo por otra parte habitual en el flamenco a través de generaciones y generaciones de artistas. Los primeros maestros son los padres, que a su vez recibieron la enseñanza de abuelos y bisabuelos. Se aprende a caminar y al mismo tiempo se aprende el arte. Felizmente, eso continúa.

¿Desde cuándo baila y cómo llegó a Tenerife?

Desde los siete años, me viene en los genes porque mi padre era cantaor. A los catorce empecé en serio y a los 18 llegué a la isla para actuar en salas del Sur. Aquí conocí a Saray, que, aunque nació en Barcelona, está afincada desde niña en Tenerife. Hemos puesto en marcha ya unos doce espectáculos como pareja artística. El anterior, "El flamenco perdura en el tiempo", lo estrenamos el año pasado en el teatro Guimerá con bastante éxito y ahora repetimos. Además, tanto Saray como yo hemos realizado colaboraciones con artistas de la talla de Farruquito o Estrella Morente.

También a su compañera le viene de casta.

En efecto. Ella es hija de "la Salinera", María Emma Jiménez, que empezó con Antonio "el bailarín" y a sus 56 años sigue en plena forma sobre el escenario. Su padre, "El Sali", ha acompañado a grandes cantaores por todo el mundo y trabajó muchísimo en la época dorada del flamenco.

¿Cuál es el momento de este arte en Canarias?

Pienso que está en alza. Tal vez hubo una época en la que bajó la calidad en los hoteles o salas de fiesta pensando en que al turista se le podía engañar, pero ya no es así porque vienen muy documentados, saben lo que es bueno y lo que no. El cincuenta por ciento del público, no solo en Canarias, sino a nivel estatal es extranjero y hay que ofrecerle un buen producto.

¿Qué es el flamenco para usted?

Más que cante o baile, yo diría que una cultura. Su lenguaje lo entiende todo el mundo porque llega directo al corazón y a los sentimientos más profundos, los de las entrañas de cualquier persona, no importa el idioma que hable. Tú no eliges al flamenco sino que el flamenco te elige a ti. Yo no soy de música fusión, a la que respeto, sino de intentar mantener la esencia porque el flamenco es la más rica de todas las músicas que existen. Mezclar sí, pero con sentido y en su justa medida o dosis.

¿Y el baile?

Una forma de vida. Los tiempos son complicados, pero hago lo que me gusta y eso supone un privilegio. Todo gira para mí alrededor del baile. Danzar me evade y pienso que al público también. Me gusta tocar todos los palos para que el espectador los diferencie, aprecie y valore. Lo importante es transmitir para superar el telón entre artista y público. Que la gente salga del teatro admirada.

¿Pueden servir de alivio la cultura o la música ante la crisis?

Sin duda. Mi experiencia me dice que el arte y la cultura ayudan muchísimo a la gente. Los artistas somos capaces de elevar la autoestima durante un rato y que el público se olvide de sus muchos problemas en el teatro. La música ayuda y hace el bien ya desde que un niño llora por primera vez. Pienso, por ejemplo, en los cirujanos que operan con una melodía relajante como fondo.

¿Cómo afronta Antonio de Verónica el reto del próximo viernes?

Con nervios, muchas ganas e ilusión por gustar al público de Tenerife que tan bien se ha portado siempre con nosotros. Queremos corresponderle y les prometo es que lo vamos a dar todo porque pondremos sentimiento. Creemos en ello con toda la fuerza y esperamos podérselo transmitir.

los datos

Un arte heredado de los ancestros

Antonio de Verónica (Málaga, 1984) estará acompañado este viernes sobre el escenario del Guimerá por su esposa, Saray Cortés, que baila desde que tenía cinco años, y la familia Sánchez-Cortés. "Flamenco y arena" fue estrenado con éxito el pasado verano en La Malagueta, la plaza de toros de Málaga, a beneficio de la lucha contra el cáncer de mama y ante más de 3.000 personas. La referencia al arte que nació al albor de un pueblo nómada que se reunía en torno a las hogueras para bailar y cantar ha dado como resultado un espectáculo cargado de magia, pasión amor a algo que estos profesionales llevan en la sangre como herencia de sus antepasados. De Verónica y Saray llevan a un escenario esa cultura milenaria junto a un elenco de cantaores, guitarras, percusión y palmas.

Las entradas para "Flamenco y arena", al precio de 15, 12 y 10 euros, se pueden adquirir en la taquilla del teatro, de martes a viernes, de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 horas. También es posible comprarlas en el 902.364.603. Están disponibles asimismo en la Escuela de Flamenco Genaro Arteaga (Santa Rosa de Lima, 14), en Santa Cruz, y en Arona, en Papelería Raquel y Carla.