Niños Mutantes ya eran indies antes de que el indie estuviera aquí para quedarse. Por eso su vocalista y guitarrista, Juan Alberto Martínez, tiene claro que las cosas han cambiado mucho desde que ellos empezaran su carrera en los noventa, algo que ve como positivo: "Es bueno que no sea un cortijo de cinco y que esto sea una escena con vocación mayoritaria. Es mucho más agradable tocar para 400 personas que para 20".

En una entrevista con Europa Press con motivo del lanzamiento de su octavo disco, ''Náufragos'', Martínez recuerda que el indie "empezó siendo una reacción posiblemente necesaria, porque los ochenta musicalmente habían acabado quizás con una música que sonaba demasiado a plástico y todo muy enfocado al mercado, se había perdido la esencia".

"El indie en los noventa nació de una forma bastante radical, y ahora vemos como absurdas muchas cosas. Era muy sectario, muy elitista, miraba por encima a todo lo que no fuera indie, se decía que las cosas eran mejores cuantos menos las conocieran, y que los grupos eran mucho más guays si no respetaban al público, lo bonito era mirarse a los zapatos y tocar sin ganas... pero es muy positivo que eso haya cambiado", plantea.

Una parte positiva de este cambio ha sido la proliferación de festivales, que dan la oportunidad de tocar ante audiencias más amplias. Aunque Martínez apunta que ellos son más de salas, por estar con los seguidores más acérrimos, admite que "es todo un subidón" cuando "disfrutas de tener conexión con una audiencia más masiva".

DE ERRANTES A NÁUFRAGOS

''Errante (Canción Mutante)'' es uno de sus mayores éxitos hasta la fecha. ¿El paso de errante a náufrago es duro? "Bueno, errantes seguiremos siendo siempre, pero ahora nos sentimos náufragos en esta época de hundimiento generalizado, tanto en el entorno colectivo de la crisis, como a nivel personal, pues hemos tenido nuestras propias tragedias navales", señala.

En esta línea, explica que este nuevo disco ha sido "un proceso de coger fuerza y energía" para poder enfrentarse a esos "hundimientos", de manera que las canciones son algo así como "trozos de manera" a los que se han aferrado. Gracias a eso asegura que han superado el "viejo prejuicio" de que la música alegre o más luminosa es "superficial". "Hemos hecho un contraste de música luminosa con letras en las que nos plantamos de frente a los problemas", apostilla.

Para Martínez, este ha sido un "equilibrio difícil de lograr", pues hay "canciones que hablan de cosas bastante jodidas". "Siempre hemos intentado que en las letras estén nuestras entrañas, y las nuestras están un poco maltrechas últimamente. Pero poder hacerlo con una música que sea más vitalista y no se regodee en los territorios oscuros ha sido un desafío y un gran logro musical", sentencia.