El Parque Etnográfico Pirámides de Güímar, en colaboración con la Fundación Mata Ki Te Rangi, tiene abierta al público desde ayer una exposición permanente vinculada con los enigmas de la cultura polinésica. "Rapa Nui: Supervivencia Extrema" es el título de una muestra cuyos preparativos se han alargado desde el año 2008 y que está avalada por la UNESCO.

El empresario Fred Olsen, promotor del Parque Etnográfico de Güímar, agradeció la colaboración recibida para poder abrir "la primera y única muestra sobre la cultura Rapa Nui que existe actualmente en el mundo", dijo en presencia de Ricardo Melchior, presidente del Cabildo de Tenerife, el cónsul honorario de Chile, Pedro García San Juan, representantes de la corporación municipal de Güímar y de la alcaldía de la isla de Pascua y la arqueóloga chilena Sonia Haoa, quien se encargó de explicar el contenido que ocupa la carpa que se ha montado en las instalaciones de la calle Chacona de Güímar.

Fred Olsen habló brevemente de "el drama y la tragedia" que experimentaron los habitantes de la isla de Pascua y añadió que "esta sociedad es una lección para la humanidad", puntualizó el amigo y colaborador del ya desaparecido Thor Heyerdahl. "Lo que mostramos en este recinto es una idea muy aproximada de una forma de entender la vida que podemos llegar a comprender gracias a los más de 32.000 yacimientos arqueológicos que se han descubierto. En este sentido, la arqueóloga Sonia Haoa es una de las grandes autoridades. Todos tenemos que tener claro que para llegar a entender el futuro debemos ser muy respetuosos con nuestro pasado", admitió el gestor del centro cultural güimarero.

La colección "Rapa Nui: Supervivencia Extrema" gira en torno a un conjunto de elementos visuales -paneles explicativos en distintos idiomas, gráficos e imágenes, un soporte audiovisual y unas estanterías acristaladas que protegen a varias esculturas de pequeño formato- que introducen al espectador en un universo misterioso.

Una tierra enigmática

Un enorme moái da la bienvenida a las personas que se adentran en una carpa donde se concentran historias sorprendentes de una de las sociedades más desconocidas del planeta. "Hay mucho por descubrir aún", insistía la experta Haoa a lo largo del circuito explicativo que se organizó para dar a conocer el sentido que se le ha querido dar a la exposición. "Lo que vamos a ver es el resultado de la lucha del ser humano en su intento por dominar y sacar el máximo provecho a la naturaleza", reiteró la arqueóloga cuando habló del modelo social y político adoptado por esta cultura polinésica.

El difícil entramado político-religioso determinado por los primeros pobladores de la isla de Pascua se explica en pequeños resúmenes que, además, están acompañados por una gran cantidad de esquemas que arrojan luz al espectador en relación a la cotidianeidad de sus labores, las herramientas que usaban en sus labores, sus manifestaciones artísticas, creencias y, por supuesto, su organización social.

La merma que supuso entrar en contacto con el mundo exterior -a medida que se organizaron expediciones que alteraron un entorno virgen- y, sobre todo, los secretos que se esconden en la edificación de los moáis son dos de los ejes principales sobre los que crece una muestra que dedica un apartado muy generoso a la construcción y el posterior traslado de estas figuras monolíticas. "Viendo el tamaño que tienen se puede entender sin dificultades que es necesario estar bien organizado para acometer un proyecto así", explicó Sonia Haoa.